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Dani Freixes y Mobles 114 ganan el Premio Nacional de Diseño

La hegemonía del diseño industrial y el gráfico, especialidades que hasta ahora habían copado los Premios Nacionales de Diseño, se rompió ayer al concederle uno de los dos galardones al arquitecto Dani Freixas (Barcelona, 1946), un profesional reconocido por sus trabajos como interiorista. El otro premio, destinado a las empresas, recayó en Mobles 114, firma de amplia especialización que incluye productos para equipamiento del hogar, la oficina, los espacios públicos y el mobiliario urbano. La edición de 2001 es la undécima de los galardones concedidos conjuntamente por la Fundación Barcelona Centro de Diseño y el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Una de las características que definen la intencionalidad en el trabajo de Dani Freixes es su humanidad. No podía ser de otra manera en un profesional que aun siendo en la actualidad un prestigioso arquitecto, diseñador e interiorista, hubo un tiempo en el que combinó su labor docente en el campo de la arquitectura con la del oficio de tirititero. Esta humanidad parece ahora más interiorizada que nunca. Al menos así lo demostraba ayer con sus palabras: 'En el diseño es más importante la ética que la estética. Nuestra sociedad ha generado suficiente estética como para que no necesitemos más. En cambio, estamos faltos de más ética', dijo en el acto de promulgación de los premios celebrado en el Pabellón Mies van der Rohe de Barcelona.

Bares cálidos

Sin renunciar en ningún momento a la modernidad, y sobreponiéndose a ella, Dani Freixas volvió a integrar la calidez en los bares y restaurantes que durante la década de 1980 sufrieron una ola de decoración fría. Prueba de ello fue el bar Zsa-Zsa (1988) en Barcelona, al que siguió el Seltz (1992), con el que realizó una singular integración de grafismo e interiorismo. Suyo es también el interiorismo de los restaurantes Sukuursaal, en Barcelona, y Nodo, en Madrid. Su intervención en espacios públicos la encontramos en el parque del Clot de Barcelona. En la Expo de Sevilla en 1992 realizó el espectáculo multimedia ¡Tierra! para el Pabellón de la Navegación.

Josep Maria Tremoleda, socio fundador junto a Josep Maria Massana de la empresa Mobles 114, considera que el diseño es también una cuestión de calidad intrínseca del producto más que de su espectacularidad formal. 'Siempre hemos intentado crear productos amables en los que el diseño no tenga externamente demasiado protagonismo'.

El jurado de los premios, compuesto por José Juan Belda, Stefano Casciani, José Ángel Díez Mintegui, Mario Eskenazi, Beth Galí, Arturo González, Isabel Roig y Marc Sachon, destacó de Mobles 114 'su perseverancia y coherencia demostrada a lo largo de los años, reflejada en la calidad de sus productos'. Uno de los objetivos de la firma es la de conservar la memoria de aquellos productos que han llegado a formar parte de la cultura de una sociedad. Por ejemplo, ha reeditado la butaca Torres Clavé, el cenicero Copenhagen y la aceitera Marquina.

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