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El IVAM revela la dualidad sexual de Claude Cahun a través de 59 fotografías

La artista surrealista fue una rareza que hizo añicos el canon de belleza femenina

Ferran Bono

Claude Cahun alimentó todo tipo de confusiones sobre su identidad. Escogió hasta su propio nombre, Claude, en razón a su aplicación en francés para hombres y mujeres. Y en sus fotografías, esta mujer pionera, de familia burguesa y simpatías izquierdistas, que perteneció al círculo surrealista y fue condenada a muerte por los nazis, plasmó sus inquietudes a través de un juego de máscaras que revelaba su interés por la dualidad sexual. Desde ayer, el IVAM exhibe 59 de esas imágenes de Claude Cahun (Nantes, 1894-Jersey, 1954) por primera vez en España.

De gran formación y de intereses múltiples y diversos, la escritora, fotógrafa y activista política francesa forma parte de un grupo de mujeres redescubiertas para el mundo del arte y de la cultura en general. No ha sido hasta principios de la década de los noventa cuando se ha rescatado su obra del olvido. Un olvido que tiene que ver con el carácter machista predominante en la sociedad, apuntó ayer Juan Vicente Aliaga, comisario de la exposición, que se podrá ver en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) hasta el 20 de enero.

Sus fotos no han llegado al gran público, salvo alguna incursión expositiva en el terreno surrealista en 1936, si bien su nombre llegó a ser conocido tras escribir en 1934 el ensayo Las apuestas están abiertas. La muestra, inédita en España, reúne también revistas, libros, carteles y manuscritos.

'Fue una rareza para la época', afirmó Aliaga. En sus fotografías, la mayoría autorretratos, Claude Cahun (su nombre verdadero era Lucy Schwob) aparece con diversas máscaras y antifaces, con trajes de caballero, con ropas de gimnasia, desnuda, con aspecto de demonio o de marinero. En sus imágenes exploró su singular físico, rompiendo los preceptos de la belleza femenina.

Una rareza que rompió moldes, que se adelantó a su tiempo. Como en el autorretrato en el que aparece de espaldas y luciendo una camiseta negra de tirantes, con el cráneo rapado, subrayando con gesto desafiante su cara ovoide y su nariz en forma de pico. Una imagen 'totalmente insólita para una mujer de entonces, que poco a poco cultivaría la transformación de los valores del género y de la radicalidad sexual con más constancia que Marcel Duchamp', escribe Aliaga en un texto de la exposición.

Libertad de costumbresYa en los años treinta, su compromiso político con la izquierda y el comunismo no le impidió renegar de la ortodoxia estalinista. 'Como pasa con [Georges] Bataille, no es fácil encontrarle [a Claude Cahun] acomodo ideológico', señaló el comisario. En 1935 participó en la fundación del grupo Contre-Attaque junto a André Breton y Bataille. Adalid de la libertad sexual y de costumbres, colaboró en algunas revistas homosexuales, si bien ella no distinguía entre homosexuales y heterosexuales. 'Todo depende de los individuos y de las circunstancias', decía.

Con su compañera sentimental Suzanne Malherbe, se instaló en la isla de Jersey unos años antes del inicio de la II Guerra Mundial. Cuando la isla fue invadida por los nazis, ambas combatieron al enemigo redactando panfletos en alemán para desalentar a las tropas germanas, sabedoras de que muchos soldados no comulgaban con la ideología de Hitler. Fueron detenidas en 1944 por la Gestapo y condenadas a muerte, salvando la vida por los pelos. En su etapa isleña, Claude Cahun indagó en la técnica fotográfica y abundó en la realización de un conjunto de piezas en las que combina el desdoblamiento de la personalidad, la diversidad de las identidades y las asociaciones de carácter onírico. Gran parte del material se perdió durante la guerra.

Claude Cahun y su compañera también cultivaron el fotomontaje. Incluyó diversas obras de este tipo en un libro inclasificable que subraya aún más la rareza de la artista francesa. Se trata de Confesiones nulas, un extraño relato en donde mezcla francés e inglés, poemas y prosa, soliloquios -al estilo de Joyce y su corriente subterránea del pensamiento- y diálogos.

Apoyos literarios no le faltaron. Claude Cahun mantenía lazos de amistad con Jacqueline Lamba, la esposa de Breton, y con escritores como Henri Michaux y Robert Desnos, algunas de las escasas personas que sí conocieron su obra fotográfica. Ésta reapareció con fuerza a raíz de la exposición retrospectiva que le dedicó en 1995 el Musée d'Art Moderne de la Villa de París. Muchas de las obras de la muestra que ahora exhibe el IVAM proceden de este centro y de otros como el Jersey Museum The Weighbridge o el Musée des Beaux-Arts de Nantes, además de diversas colecciones privadas. Con motivo de la exposición, el IVAM ha publicado un catálogo con textos de varios autores y de la propia Claude Cahun.

Una joven mira un autorretrato de Claude Cahun, fechado en 1915, que se exhibe en la exposición del IVAM inaugurada ayer.
Una joven mira un autorretrato de Claude Cahun, fechado en 1915, que se exhibe en la exposición del IVAM inaugurada ayer.TANIA CASTRO

La 'rive gauche' lesbiana

'Es necesario integrar a Cahun en la historia de las lesbianas parisinas de su tiempo, 'aquellas mujeres de la rive gauche', señalan en el catálogo de la exposición Catherine Gonnard y Elisabeth Lebovici. Claude Cahun y su compañera sentimental, Suzanne Malherbe, vivieron un tiempo en el barrio de Montparnasse, muy cerca de los domicilios de Gertrud Stein y Alice Toklas, y también de Silvya Beach y Adrienne Monier. En el París de los años veinte se significó este grupo de mujeres integrado por escritoras, editoras, libreras y artistas, entre las que se hallaban también Natalie Clifford Barney o Chana Orloff. Formaban un importante círculo intelectual lésbico frecuentado por Claude Cahen, que solía reunirse en la librería y la casa de Silvya Beach. La propia Cahun es citada en la Autobiografía de Alice B. Toklas, de Gertrud Stein. También en ese contexto conoció Cahun a Margaret Anderson y Jane Heap, fundadoras de la revista The Little Review y primeras editoras del Ulises de Joyce.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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