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Reportaje:

La Araña ataca de nuevo

El misterio envuelve el asesinato de 18 prostitutas en Mashad, la ciudad más sagrada de Irán

La trama es de novela policiaca. Desde julio del año pasado, 18 prostitutas han aparecido muertas a intervalos irregulares, pero de acuerdo con una pauta constante: estranguladas con sus propios pañuelos de cabeza, tiradas en una cuneta y envueltas en un chador, la pieza de tela negra con la que se cubren las shiíes piadosas. Porque estos crímenes suceden en una de las ciudades más sagradas de Irán, Mashad, literalmente, lugar de martirio. Seis de las víctimas han sido asesinadas en el último mes, la más reciente el pasado martes. De la indiferencia inicial, los habitantes y las autoridades han pasado a la consternación.

A la inquietud por la presencia en la ciudad de un asesino (o varios) se suma la conmoción de enfrentarse al fenómeno de la prostitución en un país en el que, oficialmente, no existe. Hace unos años, el caso se hubiera enterrado en el pozo de los secretos. Hoy, en medio del clima de apertura que domina la política iraní, ha saltado a las primeras páginas de los periódicos. Más aún, cuando este turbio asunto ocurre a pocos metros del mausoleo del imam Reza, una figura reverenciada por los shiíes que atrae cada año a Mashad a 13 millones de peregrinos.

Todo empezó hace un año, cuando apareció el cuerpo de Afsaneh, una prostituta de 30 años. En menos de una semana se encontraban los cadáveres de otras dos rameras. Las noticias pasaron inadvertidas en la sección de sucesos del diario local Jorasán. Pero cinco asesinatos similares entre diciembre y enero despertaron las sospechas de los reporteros. El periódico empezó a hablar de 'los asesinatos de La Araña' por la forma en que las mujeres quedaban atrapadas 'como una araña que caza moscas'. Todas las víctimas tenían fichas policiales por prostitución y consumo de drogas.

'El mensaje de estos asesinos es que estas mujeres carecen de defensa y merecen morir', ha denunciado Fatemeh Jatamí, parlamentaria por Mashad. Y así parecen opinar muchos ciudadanos preocupados por la relajación de las costumbres que denuncia la prensa conservadora. La policía ha dejado entrever una motivación religiosa.

Tras el asesinato de una novena víctima ese mes, la Dirección General de la Policía envió un equipo especial de investigadores desde Teherán. No impresionaron a La Araña. En menos de 15 días había otros tres cadáveres de mujeres en las cunetas de los alrededores de Mashad. Todas estranguladas. Todas con el mismo origen miserable que les lleva a trabajar en el escalón más bajo de la prostitución, los cruces de carretera. Allí, en las afueras de la ciudad sagrada, sus servicios se contrataban por apenas 40.000 riales (unas mil pesetas) o, a veces, una dosis de droga.

Varias diputadas han suscitado este asunto en una reciente reunión de la Comisión de Seguridad del Parlamento. Tras la aparición de los últimos seis cadáveres, desde mediados de junio, incluso el director general de la Policía, general Mohamed Baher Ghalibaf, se ha trasladado a Mashad. Tal vez ahora acabe el martirio de las prostitutas.

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La República Islámica ejecuta a 9 condenados

Nueve hombres condenados por asesinato fueron ahorcados el miércoles en Irán (ocho en Teherán y uno en Shiraz), informó ayer la prensa local. Otros tres cuyas ejecuciones estaban previstas tuvieron más suerte al ser perdonados en el último minuto por los familiares de sus víctimas. Las autoridades penitenciarias no facilitaron ni la identidad ni la edad de los ajusticiados. Irán ejecuta con frecuencia a traficantes de droga y a asesinos, en estricta aplicación de la ley islámica en vigor desde la revolución de 1979. Si los parientes o herederos de la víctima perdonan, la pena se conmuta por un largo periodo de cárcel.

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