Un nuevo testimonio ofrece coartada a Martínez para la noche del crimen
El jurado empezará a deliberar tras los alegatos finales de hoy
El fiscal y la defensa expondrán hoy sus alegatos finales y el jurado comenzará de inmediato sus deliberaciones. Convencidos de haberle ganado el juicio al fiscal Chris Watson, Peter Raben y David Parry, los abogados de Martínez, solamente temían ayer una posibilidad: que el jurado no alcance un veredicto unánime de inocencia, en cuyo caso Martínez tendría que ser sometido a un tercer juicio. La defensa, que hoy volverá a subrayar en sus alegatos finales la inconsistencia del andamiaje de la acusación, apuesta por que una amplia mayoría del jurado se incline por el veredicto de inocencia. Pero si tan sólo uno de sus 12 miembros disiente, este segundo juicio en Tampa será invalidado.
Los abogados fueron ayer directos al grano y presentaron pocos testigos. El más explosivo, y el último, fue Leah Thomas, de 22 años. Thomas es la hermanastra de Laura Babcock, que era la novia de Martínez en octubre de 1995, cuando fueron asesinados en Tampa Douglas Lawson y Sherrie McCoy. Citada por la fiscalía, Babcock declaró el lunes que el viernes 27 de octubre de 1995 Martínez fue a recaudar dinero a una casa que ella cree era la de Douglas Lawson y regresó por la noche con heridas y un maletín con una bolsa de marihuana. En su turno de preguntas, Raben hizo confesar a Babcock que, antes de ofrecer esa versión a instancias de la policía, había sostenido durante 15 meses otra que exculpaba a Martínez.
Maletín con marihuana
Thomas, rubia, de ojos verdes y obesa, en un traje pantalón azul celeste, declaró ayer que los días 28 y 29 de octubre de 1995 estuvo todo el tiempo con Martínez, ayudándole en una mudanza. El acusado 'no tenía ninguna herida, corte, arañazo o rasguño, ni ningún maletín con marihuana'. Thomas declaró al jurado que no sabe qué hizo Martínez el 27 de octubre, pero fuera del tribunal afirmó que nunca ha creído en su culpabilidad. Si su hermanastra Laura, con la que ya no se habla, cambió su testimonio para inculpar al español fue 'por celos'. La policía, según Thomas, le hizo saber que, en la fecha de autos, su novio seguía manteniendo relaciones con su ex esposa, Sloane Millian, a la que el fiscal no se ha atrevido a presentar en el juicio. Poco antes, Ronnie Sabando, hijo de un primer matrimonio de Sara Martínez, hermanastro del acusado y ex combatiente en la guerra del Golfo, declaró que Joaquín José pasó buena parte del atardecer del 27 de octubre de 1995 en su casa. Como otro matrimonio, los Dominick, ya habían testificado que la siguiente parte de esa tarde la pasó con ellos, la defensa aportó el trabajo de un perito para asegurar que el acusado no pudo tener tiempo para, además, ir a la casa de Lawson y McCoy-Ward y matarlos. Además, la defensa ha probado que la fiscalía no está segura de que los crímenes fueran cometidos el 27 de octubre. Los cadáveres fueron encontrados el 31 de octubre.
'El primer juicio de Joe Martínez fue una farsa', aseguró ayer Leah Thomas. El segundo, que se ha desarrollado con todas las garantías, así lo ha demostrado. Joaquín y Sara Martínez, los padres del acusado, agradecieron ayer su solidaridad al Rey, la prensa y la opinión pública de España, pero volvieron a lamentar que, un día más, el Gobierno español no tuviera ningún representante en la vista. Ahora, los diez hombres y dos mujeres del jurado de Tampa tienen la palabra.