El Gobierno deja volver a Madrid al menor marroquí cuyo retorno pide el fiscal
La Delegación del Gobierno en Ceuta dejará volver a Madrid, como había solicitado la fiscalía madrileña, a Otmane T., un menor marroquí de 17 años repatriado hace un mes a Tánger. El jueves pasado, el chico y la educadora que lo acompañaba fueron obligados por la policía a bajar del transbordador que hace la ruta Ceuta-Algeciras, pese a que disponían de una autorización de la propia delegación para viajar a la Península.
En dicha autorización, que, según explican, les sirvió para pasar el control fronterizo y embarcar, se lee: 'Autorizo el desplazamiento hoy, día 8 de marzo, a la Península al menor Otmane T., acompañado de la educadora Mar P. E., por haberlo acordado así la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia [de Madrid]'. Ayer, portavoces de la delegación ceutí negaron, sin embargo, tener conocimiento de dicha autorización -firmada por el secretario general de la institución, José Antonio Fernández García- y rechazaron que les hubiese llegado petición alguna de la fiscalía madrileña.
'El menor no podía pasar a la Península porque la exención de visado que le concedió el 31 de enero la Delegación del Gobierno en Madrid no vale una vez que ha regresado a Marruecos', añadieron las mismas fuentes, aunque aseguraron que, finalmente, se ha permitido el retorno del chico 'de forma extraordinaria y por motivos humanitarios'.
Otmane, que llevaba año y medio en la capital, fue repatriado el 7 de febrero a Tánger, su ciudad natal, en virtud de la Ley de Extranjería, que ampara el retorno con su familia de los adolescentes que llegan solos a España. Pero la fiscalía considera que este reagrupamiento familiar 'ha fracasado porque ni los padres ni los servicios de protección de menores marroquíes se han hecho cargo de él'.
Los fiscales estiman que, en este caso, el 'superior interés del menor' no es quedarse en Marruecos (de hecho, él ya se había trasladado a Ceuta para volver a emigrar), sino retornar a Madrid, 'donde tiene su único arraigo conocido con la Coordinadora de Barrios'. Esta entidad, que trabaja con menores desfavorecidos, le ha ofrecido casa (la del sacerdote Enrique de Castro) y empleo en los Traperos de Emaús. La fiscalía basa también su petición en que el joven tiene una causa pendiente en un juzgado madrileño por un atraco en grupo.
Tutelado por la Comunidad
Este joven, como otros tantos que emigran desde Marruecos, llegó hace año y medio desde Tánger a Madrid en busca de mejor vida. Desde enero estaba tutelado por la Comunidad y vivía en el centro de protección de menores de Picón de Jarama. El 31 de enero, la Delegación del Gobierno de Madrid le concedió la exención de visado, que es el primer paso para obtener el permiso de residencia, y tenía también una oferta de empleo en los Traperos de Emaús.
Pero el pasado 7 de febrero el director de Picón le llamó a su despacho, donde esperaban dos policías que, según la Coordinadora, 'sin dejarle recoger sus cosas, le embarcaron en un avión a Tánger'.
