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La fiscalía alemana pide el levantamiento de la inmunidad de Fischer

La apertura del sumario, que el lunes será explicada públicamente por la fiscalía, implica que los funcionarios judiciales tendrán que familiarizarse con el ambiente libertario que reinaba en las comunas de Francfort a inicios de los años setenta. Llamado a declarar, sin prestar juramento, en el proceso de Klein, Fischer fue interrogado sobre si era cierto que Schiller -sobre la cual en aquel entonces no pendía ninguna orden de captura- se había quedado unos días en la casa que el otrora militante de un grupo denominado Lucha Revolucionaria que compartía con el hoy eurodiputado verde Daniel Cohn-Bendit. 'No hemos vivido juntos y no he tenido ninguna relación con ella', respondió el ministro. 'No soy hotelero para terroristas'.

Schiller, retirada desde hace muchos años de la lucha armada, sin embargo, recuerda en su libro de memorias que pasó 'unos cuantos días' en el piso de Fischer y Cohn-Bendit: 'Desayunábamos juntos y de noche salíamos de copas'. La aparente contradicción podría deberse, según se apresuró a explicar el mismo Fischer, al hecho de que su casa en la Bornheimer Landstrasse 64 no fue un domicilio cualquiera, sino un edificio de tres plantas en el que -muy a pesar de una familia tradicional que vivía allí- se habían establecido cinco comunas de jóvenes izquierdistas, ninguna de las cuales cerraba con llave su puerta.

Salvo en lo que se refiere a los frecuentes encuentros amorosos, hombres y mujeres vivían en apartamentos separados. Según recuerda también otra habitante en una investigación del diario Die tageszeitung, la terrorista Schiller en realidad pernoctó en una comuna de mujeres que quedaba en la misma planta del apartamento compartido por Fischer y Cohn-Bendit. Bajo un techo, por tanto, pero no detrás de la misma puerta y, mucho menos, en la misma cama.

Klein fue condenado a nueve años de prisión el jueves por su participación en la toma de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 1975, en la que los terroristas mataron a tres personas. Al explicar la sentencia, el mismo presidente del Tribunal lamentó que el 'abierto, serio e informativo testimonio' de Fischer causara tantos problemas al ministro.

Todo ello podría explicar la calma con la que ayer reaccionó también el canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder, quien expresó su 'máxima confianza' en Fischer. El Ministerio de Exteriores saludó la decisión judicial por considerarla una forma de 'poner fin a sospechas y especulaciones'. El propio Fischer, en una rueda de prensa celebrada ayer en Stuttgart descartó la posibilidad de dimitir de su cargo: 'No, ¿por qué debería hacerlo?', respondió.

La oposición y los medios de comunicación conservadores arreciaron sus ataques contra el político verde, que en los últimos días también ha sido criticado por haber participado en una conferencia de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en fecha tan reciente como 1969.

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