La confusión de términos dificulta el diagnóstico
La proliferación de conceptos relacionados con la dislexia y otros problemas de aprendizaje suele conducir a error. A menudo se llama dislexia a cualquie trastorno de aprendizaje. Éstos son algunos de los términos más comunes:
Discalculia: define un problema con el cálculo, como la dificultad para efectuar sumas y restas. Puede ir acompañada de dislexia o no, pero son problemas independientes.
Disortografía: cometer un número exagerado de faltas de ortografía. Suele ser una de las secuelas que deja la dislexia, aun después de tratada.
Disgrafía: es un trastorno de la escritura que se materializa en equivocaciones en el orden o en la posición de letras y palabras. Va más allá de escribir con mala letra (la mala caligrafía se debe a veces a una disgrafía motora).
Dislalia: es un problema que no tiene nada que ver con la dislexia, pero que muy a menudo se confunde con ella. La dislalia es una dificultad para pronunciar un fonema determinado.
Disfasia: es un retraso en la aparición del lenguaje, oral y escrito, asociado a problemas perceptivos.
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