_
_
_
_
_
MUJERES

¿Es necesaria la menstruación?

¿Hay que acabar con la menstruación? Este debate iniciado en EE UU hace tiempo cobra nueva vigencia a raíz de haberse hecho público que se ensaya un nuevo anticonceptivo que reduce el número de menstruaciones de una mujer de trece a cuatro al año.Dos médicos, los doctores Elsimar M. Coutinho y Sheldon J. Segal publicaron en 1999 un libro, Is Menstruation Obsolete? (¿Está obsoleta la menstruación?, Oxford University Press) que contempla los beneficios y los problemas de reducir la regla a la mínima expresión. Poco a poco afloran otras posturas a favor y en contra. El nuevo anticonceptivo que reduce los días fértiles (y elimina la regla) pretende estar en el mercado en el año 2003.

Más información
Cuatro reglas al año

El debate sobre si la regla debe o no desaparecer es, por supuesto y además de un tema científico, un asunto con claras posiciones éticas y ya ha comenzado a discutirse en un sitio de Internet, a un nivel que mezcla la gente corriente con posturas científicas (http://www.mum.org/stopmen.htm).

Esta dirección electrónica corresponde a un insólito Museo de la Menstruación. El MUM (Museum of Menstruation) fue fundado, en 1994, por un hombre, Harry Finley, ilustrador, grafista y director de arte de revistas y publicidad, y tiene su sede real en Maryland (EE UU). Además mantiene abierta una singular web que acoge el debate sobre la supresión o no de la menstruación.

Las múltiples intervenciones que pueden leerse oscilan entre los dos extremos: hay mujeres que desearían que la regla desapareciera, por comodidad, mientras otras dicen que se sentirían "menos mujeres" sin la regla y que "la menstruación es parte de la salud de las mujeres". En este principio de debate, el hecho de que la menstruación pueda considerarse como "obsoleta" indica el carácter de la polémica y las enormes dificultades para racionalizar la discusión. Pero este debate es sólo una parte interactiva de este increíble museo, único en el mundo, que Harry Finley, nacido en 1942, comenzó cuando por su trabajo "y para tomar ideas, coleccionaba todo tipo de anuncios e ilustraciones antiguas".

"Una parte de lo que reuní", señala al explicar la historia del museo, "eran anuncios de higiene menstrual. Era un tema tabú y observé que la gente de diferentes culturas se aproximaba al asunto con diversos grados de reserva. Esto me intrigó. Empecé a leer cosas sobre la historia de cómo la gente se ha explicado su reacción ante la menstruación en diversas culturas y como ha tratado la publicidad este tema". Esto sucedía mientras este hombre trabajaba como diseñador gráfico en Alemania.

"En mis lecturas descubrí que el tabú abarca todo tipo de disciplinas, desde la medicina, la antropología, la sociología, la historia y también el arte. A mi vuelta a EE UU pedí información a compañías fabricantes de tampones y compresas y pregunté si existía un museo de la menstruación. Se quedaron atónitos de mi pregunta. Entonces pensé que podía hacerlo yo como un 'monumento a la mujer'". El museo, organizado desde una perspectiva histórica, existe en la propia casa de Finley, y hoy está cerrado "por falta de fondos", mientras el propietario espera que la iniciativa privada o la pública ayuden a su mantenimiento. En tanto esto ocurre, el museo vive en Internet y contacta con mujeres y científicos de todo el mundo.

Según la escritora y periodista norteamericana Karen Houppert, autora de un reciente libro sobre la menstruación, Finley "no tiene sensibilidad feminista" y empezó su colección a partir de un catálogo de ropa interior femenina de 1940. Explica Houppert que, en cierta ocasión, uno de los jefes del estudio de publicidad en el que Finley trabajaba le preguntó, al ver todo aquel material de tampones, bragas, compresas y extrañas contraseñas, casi cifradas, en los anuncios publicitarios: "¿Qué pasaría si la policía viera todo esto?". Finley le respondió: "Dios mío, no es pornografía, ¡sólo la menstruación!".

Este museo virtual reúne un increíble material que traza los rasgos de una historia que ha permanecido en la clandestinidad. La publicidad de compresas y tampones en diversas partes del mundo, textos antropológicos, médicos, religiosos en el sentido más multicultural posible, artículos, ensayos, arte referida a la menstruación, objetos sanitarios, referencias sobre la regla en animales, polémicas sanitarias sobre tampones y compresas, películas y vídeos, humor y chistes, leyendas e informaciones diversas que se mantienen absolutamente al día componen esta singular web.

La visita virtual al MUM es aleccionadora y sugiere, desde luego, que algo está cambiando en el mundo sobre la forma de acercarse a la regla. Alejado de toda frivolidad, pero con un estimulante sentido del humor, muestra como la menstruación es un arte, clandestina y vergonzante pero no por ello menos importante y decisiva de la ignorada cultura de las mujeres.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_