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Un estudio revela que el experimento para reproducir el águila imperial fracasó

Jareño, la cría de águila que el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, presentó hace 10 días como el primer águila imperial ibérica del mundo nacida en cautividad mediante una novedosa técnica de reproducción asistida, es en realidad, una común águila real. La Universidad alemana de Heidelberg, principal centro de investigación genética en rapaces de Europa, así lo ha confirmado, como también uno de los responsables del proyecto, Juan Manuel Blanco Portillo, y el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Alejandro Alonso. El anuncio, del "importante avance científico", se produjo antes de tener la confirmación del laboratorio que no ha encontrado en la muestra de sangre enviada de Jareño la secuencia del correspondiente al águila imperial (en peligro de extinción). Ahora, reconocen, "en alguna de las fases de manipulación del material genético, hubo un fallo de procedimiento". Blanco Portillo, que se responsabilizó del error exculpando a Bono, reconoció que la noticia ha sido "un mazazo importante". Sin embargo, negó haberse precipitado porque "no había ninguna duda". "Ahora miro al animal y sigo sin creérmelo", añadió.

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