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Destacados dirigentes de Unió, a favor de la entrada de CiU en el Gobierno

Destacados dirigentes de Unió Democràtica (UDC) defendieron ayer la conveniencia de que Convergència i Unió (CiU) se integre en el Gobierno central. A cambio, piden que el Partido Popular muestre voluntad negociadora para mejorar la financiación autonómica e incrementar el techo de competencias de la Generalitat. La discusión surgió en el seno del comité de gobierno de Unió, cuyo líder, Josep Antoni Duran Lleida, acalló el debate para no reabrir nuevas polémicas con sus socios.Cuando en Convergència todavía resuenan los ecos del debate sobre el sí a la investidura de José María Aznar, sus socios de Unió se animaron ayer a abrir una caja de la que siempre han salido truenos: la de la colaboración de los nacionalistas en el Gobierno. Ayer, en la ejecutiva -comité de gobierno- de UDC se registraron seis intervenciones a favor de esa participación. Fueron las del portavoz y parlamentario Jordi Casas; el consejero de Trabajo, Lluís Franco; el diputado Manuel J. Silva, el ex consejero de Justicia Antoni Isaac, el presidente de Unió en Girona, Antoni Guinó, y el responsable de relaciones internacionales del partido, Salvador Sedó.

La condición que pusieron los democristianos es mucho más flexible que la mantenida por el propio Jordi Pujol y tan sólo demandan del PP que manifieste su disposición a negociar los grandes asuntos autonómicos catalanes.

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Agencia EFE
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Duran Lleida marca distancias con CDC sobre la forma de mejorar la financiación

VIENE DE LA PÁGINA 1 Los democristianos tan sólo demandan un incremento sustancial de los recursos financieros de la Generalitat y el aumento del autogobierno. En cambio, Convergència antepone la consecución de estos objetivos nacionalistas a su participación en el Gobierno central.

El debate en Unió se produce en un momento en el que han aparecido algunas informaciones sobre el papel que podría desempeñar Duran Lleida en un Ejecutivo con José María Aznar. Estas noticias atribuyen al líder democristiano la destacada cartera de Asuntos Exteriores, mientras que los convergentes se quedarían, síempre según estas informaciones, con un ministerio de características técnicas.

Tras escuchar las intervenciones de sus compañeros de ejecutiva, Duran Lleida se desmarcó claramente ayer de una posible participación en el Gobierno para no reabrir viejas heridas con sus socios de coalición. No obstante, marcó distancias estratégicas con la política de Convergència en asuntos clave como la financiación autonómica. "Olvidemos el instrumento [pacto fiscal] e intentemos conseguir el objetivo: mejorar la financiación de forma sustancial", dijo Duran Lleida, y a renglón seguido abogó por una fórmula "generalizable a todas las comunidades autónomas", similar al modelo de los länder alemanes.

En cambio, los dirigentes de CDC defienden no sólo un sistema de financiación propio, sino que la negociación sea bilateral entre la Generalitat y el Gobierno central. Duran Lleida reconoció que la coalición había errado su estrategia al plantear durante la campaña electoral la devolución a Cataluña de unos 400.000 millones de pesetas para reducir el déficit fiscal. Asimismo, consideró equivocado que CiU se atribuyera el mérito de las inversiones del Gobierno central en Cataluña o algunas políticas económicas desarrolladas por el PP.

En su intervención ante el comité, el líder de Unió también consideró fundamental el voto positivo a la investidura de Aznar y dibujó un impreciso escenario de colaboración con el PP. "Si nosotros no estamos [en ese pacto], el Partido Popular capitalizará la acción del Gobierno central en Cataluña", aseguró.

Pacto con ERC

Respecto a la pérdida de votos que CiU ha registrado en este ciclo electoral, Duran lo atribuyó a la incapacidad de la coalición nacionalista de penetrar en el área metropolitana de Barcelona. También lo achacó a la fuga de votos por la derecha, en la que CiU parece confiar más que en la izquierda. "En el Gobierno hay gente de Convergència Democràtica que no se fía de Esquerra Republicana", sentenció Duran para argumentar las dificultades que, a su juicio, tiene la coalición para alcanzar un acuerdo en Cataluña con ERC.

En esta misma idea habían insistido los dirigentes de Unió en la reunión de la ejecutiva, que defendieron la entrada en el Gobierno de Aznar como un paso adelante de la coalición. Según fuentes de este sector, el acuerdo con ERC es "muy díficil" y aleja a CiU de su espacio natural de centro nacionalista.

Quien sí se mostró claramente partidario de volver a explorar un pacto con Esquerra, pero esta vez en una formal mesa de negociación, fue el secretario general de Convergència Democràtica, Pere Esteve, en la conferencia de prensa posterior al comité de enlace.

Los dirigentes de CiU ratificaron su voluntad de apoyar la investidura de Aznar, pero no tomarán una decisión definitiva hasta escuchar el discurso del presidente del Gobierno el próximo día 25.

Esteve justificó el sí a Aznar en el hecho de que la coalición jamás ha dado la espalda a un "Gobierno central que ha sido elegido democráticamente" y por la necesidad de continuar negociando con el PP las reivindicaciones nacionalistas.

Por su parte, el secretario general de ERC, Josep Lluís Carod, lanzó ayer un llamamiento a favor de un "gran acuerdo nacional" entre todos los partidos catalanes, que sea el interlocutor con Madrid y que sustituya la posible alianza entre CiU y el PP, que los independentistas consideran "suicida para Cataluña". Las únicas salidas son, en opinión de Carod, que Jordi Pujol disuelva el Parlament -"lo que no me imagino", dijo, "en su último mandato"- u opte por una mayoría "de verdad que pueda conducir este país".

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