Hallan muerto al cooperante español desaparecido en Colombia
El cadáver del cooperante español Iñigo Egiluz, de 24 años, fue encontrado ayer sobre las cuatro de la tarde (nueve de la noche en españa) en el río Atrato, en la selvática región del Chocó (Colombia), después de tres días de intensa búsqueda tras su desaparición el pasado jueves, cuando una lancha paramilitar embistió la embarcación en la que viajaba Egiluz. También se encontró ayer el cuerpo sin vida del sacerdote colombiano Jorge Luis Maza, de 37 años.
"El cuerpo [de Iñigo] estaba muy profundo y tardó muchos días en salir a la superficie", explicaba en la madrugada de hoy el antropólogo colombiano Jesús Flores, compañero de Egiluz y trabajador, como él, de la ONG vasca Hirugarren Mundua ta Bakea-Paz y Tercer Mundo (PTM). El hermano de Egiluz, Aitor, había llegado precisamente ayer a Quibdó, la capital del Chocó, junto a tres directivos de PTM. Allí también se encuentran representantes de la Embajada española y de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Se estima que el martes podría ser repatriado el cadáver del joven.El hallazgo se produjo a poca distancia de Quibdó, entre las comunidades de Sansenso y El Reposo, muy cerca de donde desapareció el cooperante. Fueron unos pescadores los que encontraron el cuerpo sin vida, aunque decenas de pangas (botes) buscaban a Egiluz y a Mazo desde el jueves en la noche, cuando la comisión humanitaria que integraban las dos víctimas regresaba a la ciudad tras una misión. Entonces, una lancha rápida embistió la embarcación identificada con las siglas de PTM, golpeando la parte donde iban sentados Egiluz y Mazo. Los otro ocho ocupantes del bote se pudieron salvar gracias a la ayuda de habitantes de la ribera del río Atrato, uno de los más caudalosos del mundo.
Pocas horas antes de este hallazgo, se encontró el cuerpo sin vida del sacerdote, pero a 80 kilómetros de distancia de Quibdó, cerca del municipio de Beté. Ayer, el cadáver fue trasladado a su pueblo natal, El Carmen de Atrato.
Desde el primer momento, la Diócesis de Quibdó y Paz y Tercer Mundo -organizaciones que trabajan conjuntamente en la ayuda a las poblaciones expulsadas de sus tierras por los paramilitares- han denunciado que el incidente "no es casual". "Aunque no lo podemos demostrar con todas las pruebas en la mano, todos los indicios señalan a los paramilitares", decía el viernes un trabajador de la Diócesis.
A primera hora de la madrugada de hoy, otro compañero de Egiluz y Maza explicaba que, la noche del incidente, se avisó a la policía de Quibdó para que los agentes en los municipios situados río abajo detuvieran a la lancha que partió en dos el bote de PTM. A pesar de haber facilitado todos los datos de esa nave, habitualmente usada por paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), y de que vecinos de Vigía del Fuerte pudieron avistarla a las 11 de la mañana del día siguiente cargada de hombres armados, no fue detenida.
Denuncias e impunidad
La Diócesis de Quibdó ha denunciado los hechos ante la fiscalía de Colombia, pero el escepticismo supera a la esperanza de justicia. "De momento lo único que han hecho es investigar a los que hemos puesto la denuncia", contaba anoche un misionero en la zona: "Sólo esperamos que estas muertes sirvan para algo, para provocar una reacción política ante tanta impunidad y violencia paramilitar. Estamos indignados, tocados...".PTM también denunció ayer que ni la policía ni el Ejército participaron en las labores de búsqueda. Otro trabajador de la Diócesis confirma tal extremo: "La policía sólo buscó la primera media hora, el jueves por la noche, y el Ejército dijo que sólo ayudaba si la Diócesis le pagaba la gasolina". Los que sí se han volcado "24 horas al día" han sido los miembros de la Cruz Roja Española, única organización extranjera, junto a PTM, que trabaja en la zona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.