Un congreso resalta la vigencia del grupo de poetas de los años 50

"Siento como propia la vigencia de la generación a la que pertenezco, pero eso no sirve de nada. Quienes tienen que decirlo son los demás". Con estas palabras resumía el poeta Ángel González el espíritu del congreso El grupo poético del 50, 50 años después, que se clausura hoy en Jerez de la Frontera. "Estas reuniones sirven sobre todo para recordar una promoción y para analizarla, quién sabe si desde nuevos puntos de vista", añadió el asturiano.

Otro de los autores adscritos a dicho grupo, Francisco Brines, aseguró en su día que "a una generación se pertenece por fatalidad, y a un grupo por voluntad recíproca", frase perfectamente aplicable a la promoción del medio siglo, que despeja cualquier polémica acerca de ciertas exclusiones e inclusiones, y que el propio González suscribe: "Fui consciente de pertenecer al Grupo del 50 en cuanto descubrí una serie de afinidades, de muchas clases, con aquellos amigos. En mi caso, se trata de una decisión voluntaria".Este seminario, con el que la recién creada Fundación José Manuel Caballero Bonald inicia su andadura, ha servido también como foro de discusión entre profesores y creadores. El crítico José Luis García Martín, que intervino en una de las mesas redondas de la jornada inaugural, apeló a la lectura en profundidad de estos últimos, para "desterrar ciertos esquemas que se van repitiendo y que no son más que simplificaciones de una realidad. Cuando alguien señala con el dedo en una antología, lo que hacen los estudiosos es mirar el dedo, y no la realidad que está señalando. Hay que leer a los poetas, y no lo que otros han dicho de sus libros", propuso.

Para otro de los especialistas invitados, Miguel García-Posada, la principal aportación de este colectivo es "la consolidación o instauración, como poética dominante, de unos usos y unos estilos que no se explican sin el 50". El catedrático de la UCA Manuel Ramos Ortega añadió que "firmas como la de Gil de Biedma, Caballero o Ángel González, entre tantos otros, han prevalecido sobre la poesía social, los garcilasistas, los espadañistas y los poetas testimoniales".

Renovado interés

Josefina Aldecoa, narradora y cómplice del momento histórico en que estos escritores se dieron a conocer, aplaudió la celebración del seminario con estas palabras: "Durante un tiempo, alrededor de los años setenta, hubo una cierta reacción, no contra ellos, sino contra el mundo que habían reflejado. Luego se ha visto el valor que eso tenía, y ahora que todos somos viejísimos, vemos con satisfacción cómo se renueva el interés por nuestra generación: la gente se está preocupando otra vez por la memoria, la misma que se les había ocultado".Para Felipe Benítez Reyes, los nombres del Grupo del 50 suponen "no sólo un ejemplo poético, sino también vital. Los poetas de mi generación y de mi entorno hemos tenido en ellos un modelo de vida, de entender las relaciones humanas, y una posibilidad de establecer cierta complicidad por encima de la edad y la literatura". Respecto a la vigencia de estos autores, el roteño quiso también hacer su apuesta: "No sé si el próximo milenio estará para mucha poesía, pero sin duda quedará una obra colectiva con calado como para figurar entre los momentos más elevados de la literatura española".

Más explícito resulta el testimonio de Luis García Montero, para el que se trata de "verdaderos clásicos vivos". Es un grupo que hace un esfuerzo fundamental por sacar la cultura de posguerra de las limitaciones del franquismo", aseguró. "Su poesía, que creo de un extremo valor, lleva la literatura política hacia una literatura moral, compatible con el rigor literario y la indagación en la propia individualidad. Todo ello con gran conciencia de los grandes debates de la estética contemporánea en Europa".