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Zaragoza acoge una exposición con 200 obras de surrealistas

Las salas del palacio de Sástago de Zaragoza, propiedad de la Diputación, acogen hasta el 5 de diciembre las obras de 18 artistas surrealistas, agrupados dentro de la selección realizada por el profesor estadounidense Varian Fry, enviado a Marsella por Estados Unidos para salvar de la guerra a los grandes artistas. Pero Fry se enamoró de los creadores y se convirtió en su protector.Así, aquella lista inicial de genios, elaborada para rescatarlos a ellos y su obra, se fue ampliando y hoy la muestra Surrealistas: exilio y amistad, Varian Fry y los candidatos al exilio. Marsella 1940-1941 reúne más de 200 obras de Arp, Breton, Bellmer Brauner, Chagall, Delanglade, Domínguez, Francés, Max Ernst, Hèrold, Lam, Lamba, Magnelli, Masson, Matta, Springer, Taeuber y Otto Alfred Schultze-Battmann, Wols. A ellos hay que sumar la obra de tres aragoneses: Alfonso Buñuel, José Luis González Bernal y Federico Comps, que ha sido recuperada.

Carácter de una época

La comisaria de la muestra, Martine Soria, mantiene que la exposición "es algo más que una exhibición colectiva porque nos muestra un carácter preciso de una época y es además otra cosa, es el afán de recordar que la creación, cualquiera que sea, no siempre es libre de expresarse". En Sástago, en cinco salas, se puede contemplar la obra de estos creadores que compartieron inquietudes artísticas y que sufrieron juntos el exilio.Pero no se trata sólo de la oportunidad de acercarse a la trayectoria de los artistas, sino también la de reconocer a Varian Fry, aquel profesor que murió en Estados Unidos, olvidado hasta 1963, y que no sólo rescató las obras de los grandes artistas, sino que logró que salieran de la Francia ocupada por los nazis más de 2.000 personas.

Es también, como remarcó Javier Lambán, presidente de la Diputación, cuando "Sástago recupera su vocación de centro de exposiciones de arte contemporáneo" que perdió cuando el palacio albergó muestras de artesanía o folclor que rompieron su proyecto de sala especializada.

Ahora, en el patio de columnas, la muestra de los surrealistas se abre con la única obra de Ernst, Retrato de un insecto, un gouache de 1948. En esa sala está el piano convertido en mueble de Óscar Domínguez y el bronce de Hèrold Le grand transparent de 1947, las dos únicas esculturas de la exposición. Magnelli y Lamba completan el inicio de un recorrido que desemboca en la sala de arcos, donde se pueden contemplar las obras de Wols, Matta, Los 120 días de Sodoma, los retratos de Masson a Jacqueline Lamba y André Bretón de 1941; El incendio de Marsella, de Bellmer; la cabeza de mujer de Victor Brauner, o las obras de Magnelli, entre ellas los collages sobre papeles pautados para música; Springer, Francés, Chagall (Bella con chal rojo), o Delangalde El matrimonio de la señorita corazón de manzana), entre otras.

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