Jarabe de Palo demuestra en Madrid la fuerza de 'Depende'
"No nos sentimos presionados por tocar en Las Ventas", dice Donés
El verano del 97 fue sin duda "el verano de La Flaca", al que le sucedió Depende, y, entre los dos discos, Jarabe de Palo ha logrado despachar más de millón y medio de copias. Si para muchos artistas el último verano del milenio está resultando uno de los más rácanos en cuanto a actuaciones en directo, para Jarabe de Palo es el de su consagración definitiva en carretera. Hoy tiene la ocasión de demostrarlo en Las Ventas.
Exultante y encantado con el momento dulce que vive Jarabe de Palo, su líder, Pau Donés, asegura irle como nunca había soñado. "Estamos un poco hechos polvo, porque nos estamos pegando un tute potente", reconoce, "pero muy contentos por lo que nos pasa y por estar de rock and roll en la carretera, que al final es lo que mola". El cansancio no es para menos, pues la gira de Depende comenzó en Lleida a mediados de mayo. Con el de hoy en Las Ventas son casi ochenta conciertos en cuatro meses, sin contar la quincena que recorrieron Cuba, Puerto Rico y Nueva York. Ante la duda de si con semejante cifra de actuaciones se puede seguir sintiendo la emoción del rock and roll, Donés es tajante: "Nuestros conciertos están para demostrarlo. Somos, sobre todo, un grupo de clubes. Lo que mejor sabemos hacer y más nos gusta es tocar en directo. Nos preguntan si estamos hartos de tocar La Flaca, y siempre digo que no tengo ningún problema en cantarla las veces que haga falta mientras siga teniendo ganas de subir a un escenario a hacerla. Y todavía me gusta".
Hoy será el público de Las Ventas el que dé su veredicto, una circunstancia que no arruga a Pau Donés. "El gran concierto en Madrid es siempre el de Las Ventas", asegura el cantante, "para cualquier grupo. Como el del Palau Sant Jordi de Barcelona . Pero no es más importante que el que damos en Daimiel, Granada o Málaga. Como en todos, al principio se te encoge un poco el culo, pero luego, tranquilo".
Y es que la presión no parece que vaya con el carácter sencillo de Pau Donés y toda su banda, ni siquiera cuando tuvieron que enfrentarse al reto del segundo disco tras un debú de tanto éxito como el que supuso el de La Flaca. Cuando hace un año se publicó Depende, recuerda Donés que le "hablaban del síndrome del segundo disco, pero seguro que cuando vayamos a publicar el tercero nos dirán que es en ése donde se demuestra lo que vale un grupo". "No estamos aquí para demostrar nada", anticipa, por si acaso, "nosotros hacemos música, canciones. Intentamos contar cosas, gustar a la gente y nada más".
Pero sí hay una preocupación ante el concierto de esta noche y ante los que se avecinan: El Chuqui, el teclista de Jarabe de Palo, se cayó el otro día antes de salir a actuar y se ha roto la cadera, el escafoides de una mano, un dedo de la otra y un tiene un esguince en un pie. "De golpe y porrazo nos hemos quedado sin él", comenta el artista, "José María Cortina, el teclista que va con Ketama, nos está sacando las castañas del fuego, y lo hace tan bien que la gente no lo nota, pero a mí me tiene la cabeza comida de cara a cuando se vaya con su grupo y el nuestro no se ha recuperado aún".
Hablando de Ketama, hoy están invitados a hacer unas canciones en mitad del concierto, posibilidad que Donés ve lejana, porque "están de promoción por su recién editado disco". A cambio sí vendrá Niña Pastori. Otra sorpresa es la presencia del rapero puertorriqueño Vico C. Y la última y muy emotiva para Madrid es que Jarabe de Palo va a hacer una versión de una canción de Antonio Vega. "Para nosotros él es un monstruo, y nos gustaría que también estuviera hoy", concluye Pau Donés.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.