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La irrupción del wahabismo

Los integristas que se han rebelado y comenzado una guerra armada por instaurar un Estado islámico en Daguestán pertenecen al wahabismo, una rama del islam suní que hace 10 años era prácticamente desconocida en el Cáucaso.Todo comenzó con la desintegración de la URSS, que permitió a predicadores árabes viajar al Cáucaso del norte para hacer proselitismo. Así fue como los daguestanos y otros pueblos de la zona comenzaron a familizarse con el wahabismo a principios de esta década. Los predicadores provenían principalmente de Arabia Saudí, donde el wahabismo es religión oficial, y de Jordania, donde esta rama es muy influyente.

Los expertos consideran que los wahabíes no pasaban de 100 el primer año después de la caída de la URSS, pero hoy aseguran tener 10.000 militantes y el triple de simpatizantes. De ser correcta la cifra, significaría que son el 0,5% de la población de Daguestán y sus simpatizantes llegan al 1,5%.

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El polvorín del Cáucaso

Los sacerdotes musulmanes oficiales de Daguestán han calificado a los wahabíes de enemigos y han logrado que se apruebe una ley que permite perseguirlos en la república. Las autoridades políticas de Daguestán los consideran una quinta columna al servicio de Arabia Saudí y de EEUU, países a los que acusan de querer reducir la influencia rusa en el Cáucaso.

Los wahabíes apoyan lo que llaman un islam puro, critican el culto a los santones, la corrupción de los sacerdotes oficiales, exigen que los hombres se dejen barba y prohíben que incluso en las bodas haya músicos o se pongan discos.

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