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Arabia Saudí y Kuwait piden una acción drástica contra Sadam Husein

Arabia Saudí y Kuwait han reaccionado con inesperada dureza ante las amenazas del régimen de Irak invitando a "cortar la cabeza de la serpiente que gobierna Bagdad". Ésta ha sido la respuesta airada que la prensa oficial de Ryad dio ayer al comunicado del presidente Sadam Husein, anunciando represalias contra estos dos países si los aviones estadounidenses y británicos continuaban despegando desde sus bases para atacar las zonas de exclusión aérea, en el norte y en el sur de Irak."No hay más que una solución. Hay que cortar la cabeza de la serpiente y desalojar la banda que gobierna, a sangre y fuego, Irak, y que insiste en sembrar las divisiones en la región", aseguraba ayer, desde Arabia Saudí, el periódico gubernamental Al Nadwa, en respuesta a las amenazas lanzadas por el régimen de Sadam Husein contra los países que dan apoyo logístico a los aviones angloamericanos.

El ataque furibundo de la prensa de Ryad alcanzó personalmente a la figura del presidente iraquí, al asegurar que "sus amenazas prueban que Sadam Husein ha perdido el equilibrio mental" y que su Ejército "es incapaz de alcanzar ni la cola de un avión que sobrevuele su territorio".

En un tono más moderado, pero con igual firmeza, la prensa de Kuwait respondía también ayer a las fanfarronerías de Sadam Husein afirmando que "no dan miedo". Los comentarios de la prensa del emirato fueron corroborados por las declaraciones del emir Jaber al Ahmad al Sabah, quien, a través de la agencia de prensa oficial Kuna, afirmó que "las últimas amenazas iraquíes no son una cosa nueva o extraña, estamos habituados a ellas. Para que la región goce de estabilidad, es necesario que Irak aplique las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU".

Las respuestas de Arabia Saudí y Kuwait están respaldadas por la actitud de Estados Unidos, que, a través de la secretaria de Estado, Madeleine Albright, ha anunciado que habría una respuesta "rápida y segura" contra Irak, en el caso de que se produjera un ataque contra sus fuerzas o los países vecinos. El tono de especial contundencia de la prensa saudí y kuwaití demuestra que ha habido un cambio de actitud serio por parte de estos dos países con respecto a Irak, ya que hasta ahora se habían mostrado contrarios a la iniciativa americana de derrocar a Sadam Husein, alegando que ello suponía una injerencia en temas internos.

En plena guerra verbal, el vicepresidente iraquí, Taha Yassin Ramadan, ha afirmado que las fuerzas del régimen de Bagdad están también dispuestas a atacar la base turca de Incirlik, si continúa siendo utilizada por los aviones americanos y británicos. Las declaraciones de Ramadan suponen una interferencia clara en la misión diplomática desempeñada por el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, quien se encontraba en aquel momento en Ankara tratando de establecer una vía de diálogo con las autoridades turcas para que no permitieran a EEUU y el Reino Unido el uso de la base de Incirlik

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