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ARCO 99

Jospin se interesa por Arco junto a un Aznar que considera la feria "muy buena"

Semprún prepara un proyecto de intercambio entre Francia y España por encargo de Chirac

Una Odalisca de Botero fue el primer cuadro que vieron juntos el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el primer ministro francés, Lionel Jospin, en su recorrido de ayer por la feria de arte contemporáneo Arco 99, en el recinto ferial Juan Carlos I, de Madrid. Durante una hora, se detuvieron en numerosas galerías antes de visitar el pabellón de Francia, país invitado en esta edición, que presenta una veintena de puestos con artistas jóvenes. 1999 ha sido declarado Año de España en Francia y de Francia en España. Aznar identificó dos cuadros a tinta china de Chillida, pero no logró distinguir otro de Antonio López.

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Lionel Jospin llegó a las 11.30 de ayer al recinto ferial de Madrid en una comitiva de una docena de coches, siendo recibido por José María Aznar. En el séquito figuraba el escritor y ex ministro de Cultura español Jorge Semprún, por amistad con el primer ministro y por tener el encargo del presidente Chirac de buscar proyectos culturales franceses para presentar en España este año. "Todo lo que he visto me ha parecido muy bueno", declaró Aznar al finalizar la visita, aunque prefirió no destacar obras o artistas. Señaló que, aunque la colaboración con Francia es intensa, se va a aumentar "mucho más". Sobre la posibilidad de aprender de los modelos de la cultura francesa, dijo: "Todos tenemos que aprender siempre todos los días".

El recorrido de los dirigentes políticos fue acompañado por numerosos informadores, incluidos Caiga quien caiga y El informal, con preguntas a Aznar sobre cómo se dice giro al centro en francés. El programa era visitar el pabellón cinco hasta llegar a las galerías de Francia, pero en varias ocasiones modificaron el camino.

La Marlborough fue el primer recinto donde se encontraron con obras de Botero, Valdés, Chirino, donde Aznar señaló dos tintas chinas de Chillida, pero no identificó un cuadro de Antonio López. Jospin se interesó por una pieza de Carmen Calvo en la galería Guillermo de Osma. A su lado, Aznar quiso saludar a Carles Taché, que había conocido en dos encuentros en La Moncloa.

"Tengo una memoria de elefante", dijo a otra persona que le saludó. Después siguieron por Denise René, Elvira González, Lelong, Toni Tàpies, Marwan Hoss, Senda, Jennifer Flay, Galerie de France, Levy y Pelaires.

En busca de la salida, atravesaron los espacios del pabellón siete, con paradas en el Ministerio de Educación y Cultura, donde el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés, explicó en francés los nuevos museos, y la Fundación AENA.

"Me alegra mucho verte", fue el saludo de Aznar a Jorge Semprún, aunque más efusivo estuvo Miguel Ángel Cortés, que se declaró "amigo y admirador", con quien realizó gran parte de la visita. Al final se despidió con un "ministro, a tu disposición".

Semprún declaró que tiene el encargo del presidente Chirac, a partir de su encuentro con Aznar en noviembre en La Rochelle, de preparar un proyecto cultural francés "muy personal" para presentar en 1999 -el presidente francés visitará Madrid en octubre-, declarado Año de España en Francia y de Francia en España. Las exposiciones de Goya en Lille y la de Severo Sarduy en Montpellier forman parte de esta difusión. "Vengo para tomar los primeros contactos". "El encargo de Chirac a un español ya es un síntoma de europeo y cosmopolita". Semprún, que se definió "parisino", dijo que "el arte contemporáneo en España está más vivo que en Francia, con una mayor búsqueda e investigación por parte de los artistas". Sobre las políticas culturales de los dos países, señaló las diferencias de una mayor coherencia por parte de Francia. Con el PSOE en el poder, dijo que se había hecho una política intervencionista y liberal, pero no opinó sobre la política actual del PP. "En estos dos años ha empezado por la economía y lo ha hecho bien. Veremos qué pasa con la cultura". En cuanto al Prado, Semprún afirmó que no se puede tener una política partidaria con el museo.

La jornada de ayer se abrió por la tarde al público, que se encontró con una subida del precio de entrada, con el objetivo de Arco de no recibir multitudes. Han sido dos días buenos de ventas, "con un aumento de coleccionistas privados que compran rápido por temor a quedarse sin la pieza", según la galerista Oliva Arauna. Norberto Dotor (galería Fúcares) cree que ha subido el nivel de calidad y la seriedad de la oferta, "que es lo que este país necesita". Los puntos se distribuyen en las obras más clásicas de las vanguardias históricas en el pabellón cinco y las propuestas más arriesgadas que ocupan el pabellón siete.

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