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Muere Fernando Quiñones, poeta de Cádiz, escritor fértil y humilde y agitador cultural

Un cáncer acaba a los 68 años con la vida del polifacético autor de 'La canción del pirata'

"Fue una criatura afortunada y llena de vida, pero en versión pobre". Así definió ayer José Manuel Caballero Bonald a su amigo, colega y paisano Fernando Quiñones, que falleció a los 68 años en el hospital Puerta del Mar, de Cádiz, a consecuencia de un cáncer. Autor multifacético y prolífico (firmó unas 80 obras), novelista, cuentista y poeta estimable, flamencólogo apasionado, Quiñones fue un gaditano militante, "una persona buena", según Luis García Montero, que ayudó en mil causas cívicas. "No es posible, no es posible", dijo incrédulo Rafael Alberti al conocer la noticia.

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A pie de obra
Flamenco de cuerpo entero

El agravamiento de su enfermedad impidió a Fernando Quiñones asistir la semana pasada al acto de entrega del Premio Jaime Gil de Biedma que le concedió la Diputación de Segovia por su libro Las crónicas de Rosemont. El poeta fue hospitalizado el domingo, poco después de conocer la concesión en Venecia del Premio Walter Tobagi al mejor poeta en lengua extranjera.Nacido en Chiclana de la Frontera (Cádiz) en 1930, Fernando Quiñones cultivó con éxito y entrega apasionada todos los géneros literarios. Poesía, relatos, novela, ensayo histórico, literario y flamenco, teatro, crítica, relatos, periodismo... Como novelista fue dos veces finalista del Premio Planeta, con Las mil noches de Hortensia Romero (1979) y La canción del pirata (1983), y su libro Vueltas sin fecha le hizo merecedor del Premio Juan March.

En el ámbito del relato corto, El viejo país despertó el elogio de Jorge Luis Borges, presidente del jurado que le concedió el Premio La Nación en Buenos Aires, hasta el punto de definir a Quiñones como "un gran escritor de la literatura hispánica de nuestro tiempo, o simplemente de la literatura". Títulos posteriores como Viento sur, Sexteto de amor ibérico o La gran temporada, recientemente reeditados, se encargaron de confirmarlo entre los grandes nombres del género.

Adscrito como poeta a la generación del 50, en la obra lírica de Quiñones destaca la serie Crónicas, escrita a lo largo de 30 años. Galardones como el Adonais, Tiflos y El Olivo le acreditan como una de las voces más personales y valiosas de su promoción. Impulsor de innumerables eventos culturales, Quiñones fundó asimismo en Cádiz la revista Platero y la Muestra Cinematográfica del Atlántico Alcances, y parte de su obra narrativa fue adaptada al teatro en repetidas ocasiones.

Su amigo íntimo José Manuel Caballero Bonald, que se encontraba ayer en Málaga, recordó al poeta gaditano como una "criatura afortunada sólo que en versión pobre". "Tuvimos muchos momentos de risa", dijo Caballero recordando los tiempos en los que los dos recorrieron Andalucía buscando voces anónimas y recopilando letras y datos para una Antología del flamenco. "Pero pasamos también muchas penalidades juntos en aquellos años heroicos en que los dos nos vinimos a Madrid".

"Se me ha muerto, sobre todo, un amigo", dijo el poeta Jesús Fernández Palacios, subdirector de la Revistatlántica, que conoció a Quiñones en 1970. "En aquellos años nos ayudó mucho a los poetas jóvenes que formábamos el grupo literario Marejada. Su magisterio literario fue permanente. Era un magnífico narrador y un poeta muy estimable".

Caballero, Fernández y el poeta granadino Luis García Montero coinciden en destacar la novela La canción del pirata como la obra más destacada del autor chiclanero. Caballero la califica de "espléndido ejercicio de lenguaje y arquitectura, uno de los máximos ejemplos de la literatura andaluza del último medio siglo". García Montero, que describió a Quiñones como "un amigo de todo el mundo", recomendó vivamente que se lea la obra poética de Quiñones, sobre todo la serie Crónicas, iniciada en 1968. "Se ha muerto además un gaditano de fuste, siempre en la vanguardia de la defensa de esta ciudad y provincia".

María Asunción Mateos, esposa de Rafael Alberti, declaró ayer a Efe que el fallecimiento de Quiñones había afectado mucho al poeta, recordó "la mutua admiración que tenían ambos por sus respectivas obras" y su amistad "muy entrañable, de muchísimos años". Antonio Gala afirmó al respecto: "Se me ha muerto parte del alma". El escritor expresó en un comunicado que conocía a Quiñones desde que tenía 12 años y que les unía "una amistad que la muerte no osará cortar".

Quiñones, colaborador habitual de El País Andalucía y El Diario de Cádiz, se prodigó en medios radiofónicos y televisivos en torno a dos de sus grandes pasiones: la literatura y el flamenco. De Cádiz y sus cantes, El flamenco, vida y muerte o Latinoamérica viva son algunos de los ensayos que publicó en este campo. Ayer, las banderas ondeaban a media asta en los edificios oficiales de Cádiz. Por deseo de la familia, el escritor será enterrado hoy en una ceremonia privada en su ciudad natal.

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