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GUERRA AL TERRORISMO ISLÁMICO

Yeltsin se declara "indignado" con Clinton y condena el bombardeo

El presidente Borís Yeltsin se mostró ayer "indignado" por el bombardeo estadounidense en Sudán y Afganistán, que dijo "condenar". Yeltsin dejó patente su malestar por el hecho de que Washington no le hubiera avisado con anticipación, mientras la élite política rusa criticó ayer unánime y duramente a EEUU. El Kremlin dejó claro que esta irritación no afectará las fechas de la cumbre que Bill Clinton y Yeltsin deben celebrar en septiembre en Moscú.

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Preguntado por su actitud ante las acciones norteamericanas contra presuntos blancos terroristas, Yeltsin respondió: "Negativa, como ante cualquier acto terrorista, intervención militar o incapacidad de resolver un problema a través de negociaciones". "Estoy indignado y condeno", agregó el líder en declaraciones hechas en Múrmansk, puerto nórdico al que fue para presenciar las manobrias de la Armada. La reacción de Yeltsin refleja los ánimos imperantes en Rusia, como lo demuestran las críticas hechas a Washington por políticos de las más diferentes tendencias, empezando por los comunistas, pasando por el ex presidente soviético Mijaíl Gorbachov, y terminando por el actual primer ministro, Serguéi Kiriyenko. La Duma Estatal, la Cámara baja del Parlamento, calificó de "agresión" los ataques estadounidenses, y pidió a Yeltsin "estudiar la conveniencia" de su cumbre con Clinton. Serguéi Yastrzhembski, el secretario de prensa de Yeltsin, trató de suavizar las duras palabras del presidente ruso al declarar que "Rusia y Estados Unidos están en el mismo barco en lo que concierne a la lucha contra el terrorismo".

Osama Bin Laden, el presunto promotor de las explosiones contra las embajadas estadounidenses en África, también fue un enemigo del Kremlin: durante la guerra que mantuvieron los muyahidin contra el Ejército soviético, en los ochenta, el multimillonario saudí fue uno de los comandantes extranjeros más destacados de la resistencia afgana. Ahora Rusia teme verse envuelta en una nueva guerra con Afganistán por culpa de los talibán, que pueden caer en la tentación de cruzar la frontera de la Comunidad de Estados Independientes y extender su control a ciertas regiones de Uzbekistán y Tayikistán, países que el Kremlin estaría obligado a defender en conformidad con el Tratado de Seguridad Colectiva firmado en 1992.

Francia pide reglas

El primer ministro francés, Lionel Jospin, en compañía de su homólogo británico, Tony Blair, declaró ayer en Cintagabelle que quiere que "el terrorismo sea combatido respetando las reglas de derecho internacional porque es así como al final se es más eficaz", informa Octavi Martí. Jospin dijo "comprender que las grandes naciones no puedan permanecer insensibles cuando se las ataca" y repitió su "condena del terrorismo sea cual sea la forma que adopte y el lugar en que se manifieste". El líder socialista francés reclamó sin embargo "la cooperación internacional de las naciones" en la lucha antiterrorista, otra forma de matizar su "comprensión" ante los bombardeos estadounidenses en Sudán y Afganistán. Tony Blair obvió los matices y aportó su respaldo: "Apoyo los bombardeos militares de los americanos", dijo en francés antes de añadir: "Todo el mundo debiera comprender que EEUU debe tener derecho a defenderse contra el terrorismo. Hay que tomar medidas muy estrictas para combatir el terrorismo sea cual sea su rostro". Respecto a la diferencia de tono entre la reacción oficial francesa y la británica, Jospin recordó que "existe la libertad de expresión para la prensa pero también para las naciones". Para Francia, que procura defender sus intereses en Oriente Próximo marcando sus diferencias con EEUU, el bombardeo decidido por Clinton coincide en el tiempo con un viaje del titular de la cartera de Exteriores, Hubert Védrine, a Irán, el primero a Teherán de un ministro francés de esta categoría desde 1991. Empresas como Total, Saint-Gobain, Alcatel y Peugeot hacen que Francia sea el quinto proveedor de Irán, casi igualados a los japoneses. El canciller alemán, Helmut Kohl, apoyó la acción de EEUU y señaló que cada nación tiene un derecho fundamental a defenderse de los "terroristas. China, en una cauta reacción al ataque norteamericano, emitió ayer un comunicado en el que ni lo apoya ni lo condena, informa Reuters. Según el portavoz, la respuesta estadounidense debía haberse hecho con el acuerdo de la ONU y la ley internacional.

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