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Alianza Editorial publica dos libros inéditos de Xabier Zubiri

"Si la metafísica ha muerto, como pretenden muchos filósofos contemporáneos, la peculiar obra de Zubiri, que la vuelve indisociable de la experiencia, es capaz de resucitarla por sí sola", afirma el catedrático de Filosofía Antonio Ferraz, editor de Espacio. Tiempo. Materia, uno de los dos libros póstumos de Xabier Zubiri (1898-1983) que, junto a El problema teologal del hombre: Cristianismo, acaban de publicar, al alimón, Alianza Editorial y la fundación que lleva el nombre del pensador, y que ayer fueron presentados en la Casa del Monte, en la Fundación Caja Madrid.La superación de cualquier "monismo reduccionista", entre los binomios al uso, como materia y espíritu, experiencia y esencia o sentimiento y raciocinio, preside la voluminosa obra de Zubiri; y de ahí su proclividad a acunar conceptos aglutinadores, como inteligencia sintiente -que da el título a uno de sus estudios clave- o materismo, un neologismo con el que, más acá del materialismo, el filósofo hace aterrizar la espiritualidad. "En esta obra, Zubiri niega el carácter sustantivo del espacio y el tiempo; no serían, para él, entidades autónomas y previas a cualquier experiencia, tal y como pretendía Kant. Tienen un carácter trascendental, en la medida en que afectan a todo lo real; pero, en rigor, no existen el espacio y el tiempo, sino lo espacioso y lo temporáneo como cualidades de lo real", explicó Ferraz.

Cinco títulos más

El director de la fundación, José Lladó, tuvo emotivas palabras de recuerdo para la viuda del pensador, Carmen Castro, desaparecida el pasado mes de julio, que ha sido la principal artífice de la institución, y conservadora de la ingente cantidad de originales inéditos del filósofo. "Con estas dos nuevas obras, hemos atravesado el ecuador en la publicación de libros póstumos, pues habiendo dado a luz a seis, aún quedan otros cinco volúmenes por publicar", anunció Lladó, dando cuenta de que la escritura, siempre a mano y endiabladamente microscópica, de los originales de Zubiri dificulta la tarea.Considerado un heterodoxo por los idealistas a ultranza y un esencialista por los antimetafísicos, ayer se barajaron algunas claves del desacomodo y silencio en que permanece oculto Zubiri. "Yo creo que tanto su escasa publicación en vida como su carácter retraído, sin apenas proyección social, en las antípodas de, pongo por caso, su maestro Ortega, han contribuido a esa sumersión, que, no obstante, comienza a superarse, sobre todo en el mundo académico", indicó Diego Gracia, director del seminario de la fundación y colaborador en la edición de El problema teologal..., obra en la que, según explicó, Zubiri supera los arcaicos postulados del naturalismo y el racionalismo aplicados a la religión, para centrarse en "la experiencia concreta de Dios como fundamento del cristianismo".

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