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La radiología permite implantar prótesis en la aorta sin abrir el torax

La técnica se aplica ya en España en el 25% de los aneurismas

A pesar de que un gran número de tratamientos quirúrgicos siguen requiriendo una cirugía abierta convencional, cada vez son más las operaciones con procedimientos apenas invasivos y cruentos.Si la radiología ha sido clásicamente una especialidad diagnóstica, hoy la radiología intervencionista es una poderosa arma terapéutica con muy diversas aplicaciones. Una de ellas es el cateterismo endovascular, que se realiza mediante la introducción de un catéter a través de una pequeña incisión.

Así como es posible desde los años ochenta, gracias a la radiología intervencionista endovascular, desatascar una arteria, corregir una malformación congénita vascular o implantar prótesis en diferentes arterias, desde hace apenas dos años, también es posible colocar prótesis en la arteria aorta -la mayor y más importante de las arterias-, sin tener que recurrir a la cirugía abierta.

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La vía más importante

En España, este último procedimiento lleva practicándose desde el pasado mes de abril y en un número muy reducido de hospitales públicos. La experiencia internacional es de poco más de un año.

Según Gonzalo Garzón, jefe de la unidad de Radiología Vascular Intervencionista del hospital La Paz, de Madrid, la colocación de la prótesis de aorta está indicada cuando se ha producido un aneurisma (una dilatación) en esta arteria.

"El aneurisma", explica, se puede producir en distintas zonas de la aorta. Los más graves son los de la aorta torácica y abdominal. En ambos casos accedemos a estas regiones con el catéter desde la ingle por la arteria femoral".

El cirujano vascular practica una incisión de unos cuantos centímetros y el radiólogo intervencionista introduce el catéter, llega hasta la lesión y coloca la prótesis. Con la ayuda de la radioscopia (aparato de rayos X) se puede ver en uno o más monitores de televisión cómo el catéter navega a través de esta arteria. El catéter (un fino tubo de plástico de distintos milímetros de grosor) va dirigido por un hilo conductor llamado guía. En el terminal del catéter hay montado un dispositivo con la prótesis que se colocará en la región de la arteria aorta lesionada.

"Las prótesis", añade Garzón, "suelen ser de nitilol, una aleación de níquel y titanio. Esta estructura va recubierta de un material sintético. Su tamaño es de unos 15 centímetros de longitud y de diferentes milímetros de diámetro".

Como advierte José Antonio Jiménez Cossío, jefe del servicio de Cirugía Vascular del hospital La Paz, hasta ahora sólo el 25% de los aneurismas de la arteria aorta son factibles con esta técnica, ya que algunos de estos procesos, dependiendo de su configuración anatómica, no son tratables por el momento mediante radiología endovascular.

Un grupo de pacientes que puede resultar muy beneficiado es aquel que. presenta un riesgo anestésico importante, pues se trata de una técnica que sólo requiere anestesia epidural, según este cirujano.

"El resto", puntualiza, "tenemos que seguir operándolo del modo convencional. Confiamos en que con el tiempo, gracias al perfeccionamiento de la técnica y de las prótesis, el porcentaje vaya siendo más elevado. De cualquier modo, la presencia en el quirófano del cirujano vascular es obligada al desarrollar un tratamiento percutáneo, por si surgen complicaciones severas y es necesario practicar la cirugía abierta".

Jiménez Cossío considera que la elección de la cirugía convencional o del tratamiento percutáneo endovascular depende de una buena sincronización entre los cirujanos vasculares, los radiólogos intervencionistas y los anestesistas del centro asistencial. "Siempre que las características del aneurisma y del paciente nos permitan recurrir al procedimiento menos invasivo, debemos optar por éste", añade.

Las razones, según estos especialistas, son de peso. La técnica de radiología intervencionista endovascular reduce sensiblemente los riesgos y el sufrimiento que todo acto quirúrgico importante comporta. No precisa transfusión de sangre, y el posoperatorio es mucho más llevadero para el enfiermo. También más económico para el hospial, puesto que a los tres días de estancia hospitalaria es dado de alta, frente a los 10 o 12 que requiere la cirugía abierta.

Hasta ahora en el hospital La Paz se han llevado a cabo 18 intervenciones pecutáneas: 15 correspondientes a prótesis de la aorta abdominal y otras tres a la aorta torácica. Este centro participa en el programa Eurostar, que se encargado de recopilar las experiencias de los expertos europeos que desarrollan esta nueva técnica.

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