Art Futura introduce la realidad virtual como elemento de la vida cotidiana

El festival Art Futura 97 ofrece desde ayer la posibilidad de sobrevolar amplios paisajes con un ala delta y un casco de realidad virtual, o pasear por la Florencia renacentista y convertirse en uno de los personajes de La última cena, de Leonardo da Vinci, en versión tridimensional. El Círculo de Bellas Artes de Madrid alberga hasta el día 19 diferentes propuestas, no sólo de los adelantos tecnológicos aplicados a la creación, sino conferencias de algunos de los ideólogos del siglo XXI. No en vano el lema de esta edición es El futuro del futuro.

Un público totalmente juvenil hacía cola ayer a primera hora de la mañana para hacerse con algunas de las claves del mundo que les tocará vivir en los próximos años. O, simplemente, para prestarse a cualquiera de las propuestas lúdicas que se ofrecen en el recorrido de este festival. La gran atracción popular en la planta segunda es un ala delta con un arnés que permite quedar colgado y un casco de realidad virtual que actúa como simulador de vuelo sobre amplios paisajes.Aunque, sí de realidad virtual se trata, la verdadera estrella del festival debería ser Hermes, el casco de inmersión virtual inalámbrico, creado por la empresa canaria Virtual Graphics. Se trata de un casco experimental, uno de los pocos de este género, realizado en España con materiales de bajo coste, y capacitado para poder visualizar tridimensionalmente cualquier imagen proyectada por el monitor de un ordenador o por un receptor de televisión con total libertad de movimientos. Ayer se retrasó su puesta en marcha por problemas técnicos, que los inventores esperaban poder solucionar a lo largo de la jornada.

Mundos artificiales

La posibilidad de desplazarse o actuar en un entorno creado artificialmente parece ser la nota dominante también en las instalaciones. La de Rebecca Allen, titulada The bush soul (El alma del matorral), parte de una creencia africana que asigna a cada persona más de un alma. El alma del matorral representa la posibilidad de actuar bajo otra forma y en un entorno desconocido. En una gran pantalla se mueven unas formas como geométricas o vegetales en un paisaje marciano. El Avatar es el personaje que se nos asigna y con el que se atraviesa un planeta con figuras de comportamiento imprevisible. "No es un juego", explica Daniel Shilacoff, colaborador de Allen. "Es una obra de arte interactiva en la que lo importante es explorar los comportamientos propios y ajenos. Experimentamos con formas de comunicación basadas en gestos y actitudes. Los otros elementos o personajes pueden tener detrás a alguien como nosotros. Hay entornos amenazadores pero no hay armas ni muerte. Se tiene que encontrar otro tipo de relación entre los personajes". Rebecca Allen, una de las pioneras del arte digital, ofrecerá una conferencia mañana a las 19.30 en Art Futura.El Círculo de Bellas Artes presenta estos días sorpresas a cada paso. Además de terminales de Internet, hay exhibidores de empresas tan diversas como fabricantes de calzado "tecnológicamente desarrollado", pasando por centros de estudios de tratamiento de la imagen, grupos ecológicos, librerías especializadas en CD-ROM y libros de arte o proyectos especiales. Entre estos últimos destaca el de la ONCE, con un programa que lee- en voz alta los periódicos.