_
_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Del asombro a la pasividad

Los españoles llevamos unos años presumiendo de una de las democracias más avanzadas del mundo, pero está claro que hay países que en determinados aspectos, como la conciencia ciudadana, nos dan sopas con honda. Este es el caso de Perú, cuyos ciudadanos, sumidos en una dictadura de tipo populista, encabezada por el chino Fujimori, han sido capaces de salir a la calle y desafiar a un régimen que ha demostrado que no se anda por las ramas a la hora de reprimir a sus opositores, para detener un intento del poder de desposeer al propietario de la única empresa de comunicación que se comporta críticamente con la camarilla gobernante y que se dedica a publicar cuantos chanchullos descubre, mientras las demás cadenas le bailan el agua.Lo pasmoso es que dicha acción ha conseguido que la conjura, en. la que participaban miembros de todos los poderes del Estado, incluyendo el Ejército, auténtico detentador de la soberanía, no logré, de momento, su objetivo, al forzar la sustitución del juez designado por Fujimori y sus compinches para dar visos de legalidad a la maniobra por otro más independiente. Paralelamente, esa actitud ciudadana ha conseguido calar en las masas del país y ha hecho caer la popularidad de Fujimori, que hace unos meses, tras la liberación de los rehenes de la Embajada japonesa y los buenos resultados macroeconómicos, estaba por las nubes (hasta el punto que podría haberse dicho, como se hace en algún lugar más cercano, aquello de que "Perú va bien") hasta cotas cercanas- al cero.

Aquí, sin embargo, asistimos, con un sentimiento que ha ido evolucionando desde la hilaridad inicial al asombro impotente, a la sucesión de episodios político -legislativos (en algún momento se deberá evaluar la responsabilidad de los comunistas-anguitistas en este escándalo), conspirativos, judiciales y financieros que los minimaquiavelos que nos ¿gobiernan? son capaces de poner en marcha para conseguir algo parecido a lo que el chino intenta en Perú, sin que haya una sólida reacción ciudadana, similar a la peruana, confiando sólo en que el marco jurídico (la Constitución, a nivel español, y el Tratado de Roma, en el comunitario) nos saque las castañas del fuego.

Alguien ha dicho que esta gente da miedo. Yo no creo que merezcan que les tengamos miedo;al fin y al cabo, sólo son un pálido reflejo de lo que eran sus padres y abuelos. Lo que sí debería producirnos pánico es nuestra pasividad ante el espectáculo de la infinita desfachatez con que acometen su objetivo, el dominio de todos los medios de comunicación.-

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_