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El coreógrafo Mark Morris y el diseñador Isaac Mizrahi deslumbran en Edimburgo con una ópera de Rameau

El coreógrafo norteamericano Mark Morris, enfant terrible de la danza, y el niño mimado de la moda estadounidense, Isaac Mizrahi, han combinado su talento para presentar una obra que ha deslumbrado al público del Festival Internacional de Edimburgo en su estreno el pasado lunes.Morris, de 40 años, ha dado rienda suelta a su creatividad en una pequeña pieza casi desconocida del siglo XVIII francés. Una ópera-ballet que ha convertido en extravagante riada de color y diversión y que promete convertirse en uno de los éxitos del certamen veraniego escocés.

Platée, una obra de Jean Philippe Rameau, ha sido transformada por obra de Mizrahi, de 35 años, en un gigantesco terrarium de cristal con ranas bailarinas, pájaros exóticos, tortugas copulando y siseantes serpientes.

Morris, considerado como uno de los grandes coreógrafos contemporáneos, estuvo acompañado en este estreno por la Royal Opera Covent Garden, que regresaba a este festival después de una larga ausencia de 36 años.

"Es una ópera de la que nadie ha oído hablar. Una fabulosa obra bufa. Es algo de lo que podemos presumir", dijo Morris en la conferencia de prensa. "Isaac y yo hemos trabajado juntos en otras ocasiones, pero creo que en esta nos hemos podido lucir, era lo que estábamos buscando".

Platée es una amalgama de canto, danza y espectáculo creada originalmente para la corte de Versalles en 1745. El relato cuenta cómo un grupo de dioses griegos gasta una broma a un ser anfibio y monstruoso que vive en un pantano. Morris ha transformado el argumento, ya bastante surrealista en la versión original, en una delirante broma visual poblada por un reparto de animales danzantes tan fabulosos como extraños.

Mizrahi, que ya ha dado muestras de su imaginación en vestuarios creados para diversos espectáculos de danza, teatro y cine, dijo que no había querido perder la oportunidad de hacer este trabajo con Morris. "Lo que me entusiasmó en este proyecto era que la obra es tan tonta, tan vodevil, que mi fantasía no tenía límites. Sólo la dejé rodar libremente y, siendo así, no hay límites que te puedan frenar".

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