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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

David Bowie triunfa en condiciones tropicales

Diego A. Manrique

El concierto de David Bowie, previsto inicialmente para Las Ventas, se desarrolló finalmente en la sala Aqualung, entre un público más entregado que irritado por las incomodidades. Hace unas semanas su graciosa majestad se presentó en pequeños locales británicos para retomar el contacto con los miembros de su club de fans. Lo de Madrid no fue precisamente una decisión de acortar distancias entre él y su público; más bien, la constatación de, que aquí no se aprecie masivamente su papel de avalador de nuevas tendencias artisticas. Que recordemos, en su penúltimo trabajo, Outside, era la literatura cyberpunk, en su nuevo disco, Earthling, es la asunción de los ritmos quebrados del jungle.

Es posible que Madrid no tenga la obsesión cosmopolita por estar a la última o que las credenciales de Bowie como explorador de lo nuevo hayan caducado. En 1987 se le soportó el show de la gira de la Araña de Cristal, embarazoso ejemplo de lo que ocurre cuando se conjugan dinero, pretensiones y despiste. Pero repetimos tres años después, cuando llegó con el: discreto montaje de Sound and Vision, a pesar de que nos engañara con aquella encuesta telefónica para que el público eligiera el repertorio.Allí se anunciaba el final de una etapa: a partir de entonces, aseguro, prescindiría de su repertorio clásico. Pero su siguiente grupo de rock, Tin Machine . (Máquina de estaño), se hundió como si fuera de plomo. De hecho, Tim Machíne no era tan pavoroso como algunos de los conjuntos grunge que eclipsaron su trayectoria. También había aciertos en su reaparición como solista, Black tie / white noice, pero la realidad es que la carrera de Bowie en los noventa ha tendido hacia lo desesperado.

Audacia

No obstante, David Bowie no ha perdido el sentido de lo publicitario, como evidenció la multitudinaria celebración de su medio siglo en Nueva York. Tampoco le falla su sentido financiero, si hemos de creer los resultados de su salida a la Bolsa, convirtiendo su obra pasada, presente y futura en sociedad anónima a la que cualquier inversor puede acceder.Su audacia sigue siendo única, para ser un multimilloriario que vive en Suiza: Bowie se arriesga, no teme quedar en ridículo. Otros artistas, vistos los resultados de la venta anticipada para su concierto taurino en Madrid, se hubieran evaporado. Por el contrario, él decidió complacer a los fieles.

Unos fieles frustrados por la suspensión de venta de entradas desde días antes de que se anunciara el cambio, de local. Que, vista la lluvia que ayer cayó sobre Madrid, tuvo aIgo de providencial, Sin embargo, los que accedieron a Aqualung, se encontraron con un espectáculo truncado y un calor implacable. Casi la mitad penas llegó a ver algo más que la cabeza de Bowie y de algún músico. Por el contrario, el sonido era casi apabullante en su brillantez y revelaba una íntima, fusión entre pregrabados e instrumentistas de carne y hueso.

No se materializó la sesión de jungle, en vivo con la que cerró algunas de sus presentaciones británicas pero sí supo alternar una decena de clásicas, ésas que no iba a tocar jamás, entre el material más reciente. Así mantuvo feliz a un público desbordante que se subía a las alturas más impensables para captar lo que parecía un show imaginativo, una estrella del rock pletórica y un grupo macizo.

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