Las cenizas del líder chino serán arrojadas al mar

No habrá grandes fastos. Ése, era el deseo del anciano Deng Xiaoping y lo es también de su familia. Aun así, y sin olvidar la magnitud de las cifras que acompañan siempre a los acontecimientos chinos, al menos 10.000 personas se congregarán en el funeral que el próximo martes se oficiará en memoria del líder fallecido. Ninguna delegación extranjera está invitada a la ceremonia que se celebrará en el Gran Palacio del Pueblo. Tampoco los restos mortales de Deng serán expuestos para que el pueblo le presente sus últimos respetos. Sus órganos han sido donados a la ciencia y sus cenizas se esparcirán en el mar.

La ceremonia que se celebrará en la mañana del martes día 25 en el Gran Palacio del Pueblo, en el centro de Pekín, contará con la presencia de unas 10.000 personas. Además de la familia y, los 459 miembros del comité oficial de duelo -testigos de excepción del funeral-, representantes del Partido Comunista, del Gobierno, del Ejército, de asociaciones profesionales y de todas las provincias, acudirán a decir adiós al Pequeño Timonel en nombre de los 1.200 millones de chinos.Ninguna ceremonia de despedida será organizada ante los restos mortales, siguiendo los deseos del "camarada Xiaoping [quien] siempre se mostró partidario de un funeral simple y sin fastos", según reza una carta firmada enviada el pasado día 15 por la esposa y los hijos de Deng y dirigida al presidente Jiang Zemin y al Comité Central del Partido Comunista.

Deng, que durante los últimos 20 años de su vida se esforzó en borrar los vestigios del maoísmo, logra así, incluso después de muerto, marcar una vez más diferencias con Mao Zedong. Los restos embalsamados del Gran Timonel se hallan en un mausoleo levantado en la hoy tristemente famosa plaza de Tiananmen y abierto al público todas las mañanas. Sólo la ausencia de extranjeros será común a ambos funerales.

En contra de lo habitual, el cuerpo de Deng tampoco se ha expuesto al público hasta el día del funeral. Según las instrucciones dejadas por el difunto a su familia, sus córneas han sido donadas a un banco de ojos y el resto del cuerpo ha sido puesto a disposición de los investigadores y sus restos serán incinerados. Algunas fuentes aseguran que la cremación se realizará en un horno nuevo para evitar que sus cenizas se mezclen con otras. Una vez concluida la ceremonia, serán lanzadas al mar.

"En respeto a sus ideas [de Deng] no se realizará ninguna ceremonia de despedida", añade la carta de su familia que ha pedido que el funeral se celebre después de la cremación, con el columbario cubierto por la bandera del Partido Comunista de China.

"No se conservarán sus cenizas", escribe la familia. "Es el deseo del camarada Xiaoping que sus cenizas sean esparcidas en el mar

Deng siempre evitó el culto a la personalidad que rodeó a su predecesor y dijo que deseaba una ceremonia sencilla. En consonancia, el comité de duelo ha anunciado que se reducirá la pompa al mínimo. No obstante, trenes, barcos y fábricas harán sonar sus sirenas en señal de dolor durante tres minutos a las diez de la mañana del martes, cuando está previsto el comienzo del funeral. También tras la muerte de Mao sonaron las sirenas, pero entonces el luto nacional duró a siete días y se suspendieron durante 40 días los actos públicos de esparcimiento.