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Bonino acapara todo el poder en la política sanitaria de Bruselas

Los socialistas se oponen a la moción de censura

La Comisión Europea aprobó ayer una reforma administrativa que intenta acallar las furibundas críticas desatadas por su gestión en la crisis de la enfermedad de las vacas locas británicas. El eje de esta reforma consiste en arrebatar al comisario de Agricultura, el austríaco Franz Fischler, casi todas sus competencias en materia sanitaria para entregárselas a la muy popular Emma Bonino, comisaría responsable de política de consumidores.

, La reforma deja casi todas las competencias en un cargo de nueva creación, la dirección general de Política de Consumidores y Protección de su Salud, a cuyo frente estará situado el alemán Horst Reichenbach. Alemania da así un golpe de mano a sus socios y logra poner bajo su órbita toda la gestión de futuras crisis como la de la ESB. Ese es el precio que ha tenido que pagar el presidente de la Comisión, Jacques Santer, para impedir que los eurodiputados alemanes acabaran apoyando una inmediata moción de censura contra él en el Parlamento Europeo. Al nombramiento de Reichenbach seguirán otros. La Comisión pretende con el nuevo organigrama separar la elaboración de textos legislativos y el control sobre la aplicación de esos textos, separar también la elaboración de textos legislativos de la promulgación de textos de consulta científica y, por último, reforzar la transparencia y la difusión de información. A partir de ahora se publicará un resumen de los dictámenes que elaboren los distintos comités científicos, que dejarán de estar compuestos por representantes de cada Estado miembro y que también dependerán de Bonino. En lo que respecta a los comités científicos, (comité multidisciplinar, de alimentación humana, alimentación, animal, pesticina, veterinario, cosméticos, examen de la toxicidad y de la ecotoxicidad de los componentes químicos) la comisión ha constatado que su dependencia de diferentes direcciones generales "ha dado lugar a tantas reglas de composición y de funcionamiento como comités hay y a una coordinación insatisfactoria". Por esa razón Bruselas apadrina ahora una revisión y armonización de esas reglas "para obtener en todos los casos los mejores dictamentes científicos posibles".El movimiento de Jacques Santer dio ayer un primer fruto. Los más de 200 eurodiputados socialistas acordaron no promover explícitamente una inmediata moción de censura contra la Comisión. Sin embargo, los socialistas apelaron a la libertad de conciencia para permitir que cada uno vote libremente en el caso de que la moción sea finalmente presentada por alguien. Ese alguien será el socialista belga Jose Happart, que ya ha reunido las 63 firmas necesarias para que el pleno debata y vote esa moción.

Su iniciativa será oficial hoy mismo y probablemente se vote el jueves que viene en el pleno que celebrará el Parlamento Europeo en Estrasburgo. La moción cuenta también con el apoyo de diputados de otros grupos, como el español Salvador Jover (Izquierda Unitaria Europea).

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