_
_
_
_

Un cuarto de millón de hutus huyen de 12 campos de refugiados del este de Zaire

Un viento de pánico se extendió ayer por la región de Uvira, al este (le Zaire. Cerca de un cuarto de millón de refugiados hutus de Ruanda y Burundi abandonaron entre el domingo y el lunes los 12 campos donde vivían en precarias condiciones, y saturan ahora los caminos y carreteras que conducen a Bukavu, donde ya se encuentran unos 300.000 refugiados. Los enfrentamientos entre el Ejército zaireño y los banyamulenges, tutsis instalados al este de Zaire desde hace varios siglos, han vuelto a poner la región de los grandes lagos al borde del estallido total.

El nuevo éxodo coincide con informes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que aseguran que los combates se están extendiendo desde el sur de la región de Kivu, fronteriza con Burundi, al norte de Kivu y la región de Goma, limítrofe con Ruanda. ACNUIR., que como otras organizaciones no gubernamentales ha comenzado a evacuar a su personal en la zona, se prepara para una nueva emergencia: los 250.000 refugiados de nuevo en marcha se sumarán a los 300.000 ya instalados en la zona de Bukavu. La inquietud se extiende también al más de medio millón de refugiados hutus que se encuentran en la zona de Goma."Las carreteras están bloqueadas por los rebeldes y todas las aldeas han quedado sin población civil", señaló desde Kigali, la capital ruandesa, Paul Stromberg, portavoz de ACNUR. "Tanto civiles como refugiados están trasladándose a las colinas. Hay constantes combates alrededor de Bwegera, a mitad de camino entre Uvira y Bukavu".

Los enfrentamientos entre los banyamulenges -tutsis instalados en las colinas de Mulenge en el siglo XVI, cuando ni el Congo belga ni Zaire existían- y el Ejército zaireño se han cobrado 73 vidas desde el pasado sábado. Los banyamulenges, más prósperos que sus vecinos zaireños, fueron víctimas de la política de divide y vencerás del dictador Mobutu Sese Seko, que en 1981 arrebató la nacionalidad zaireña a los banyamulenges y los convirtió en un pueblo sin Estado, con la esperanza de que volvieran a Ruanda. El éxodo de refugiados hutus de Burundi tras el golpe contra Melchior Ndadaye en 1993 y el más de un millón de hutus ruandeses que inundaron el este de Zaire en julio de 1994, tras la victoria del tutsi Frente Patriótico Ruandés, ha convertido la región de los Grandes Lagos en la más densamente poblada por refugiados del mundo.

Las acusaciones del Gobierno de Kinshasa de que tropas del Ejército ruandés estaban cruzando la frontera para respaldar a los banyamulenges fueron rotundamente desmentidas ayer por Kigali. Entre los refugiados hutus se encuentran los instigadores del genocidio de 1994, que acabó con casi un millón de tutsis y hutus moderados en Ruanda. Los militares hutus, que cuentan con el apoyo zaireño, han instalado un Estado Mayor en Masisi, al este de Goma, desde donde lanzan acciones de hostigamiento en el interior de Ruanda.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_