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Los cantantes cobrarán un máximo de tres millones por actuación en el Real

Teresa Berganza dirigirá un estudio de ópera para jóvenes

Rocío García

"No será posible venir a cantar por dinero". Con esta filosofía acometerá el director artístico del Teatro Real, el francés Stéphane Lissner, la política de los intérpretes de ópera. Los grandes cantantes cobrarán un máximo de tres millones por actuación y estarán obligados a ensayar de cuatro a ocho semanas, excepto cuando la obra no sea de nueva producción. La mezzosoprano Teresa Berganza dirigirá un estudio de ópera para jóvenes cantantes, que tendrán la posibilidad de aprender y de comenzar su inserción profesional en el mundo del canto.En castellano, aunque con una traductora de francés al lado, Stéphane Lissner explicó las líneas que van a marcar la política de cantantes del teatro de la ópera de Madrid y anunció comparecencias mensuales hasta el mes de febrero para ir abordando temas concretos en cada una de ellas. Así, en noviembre se anunciará todo lo relacionado con el coro y la orquesta; en diciembre se hará pública la programación; en enero, las actividades paralelas, y en febrero, sin que comparezca Lissner, se tratará de la política de abonos, taquillas y mecenazgo.

La fórmula de pago de los cantantes es, según Lissner, la que se lleva a cabo en otros países europeos, especialmente en Alemania, y ha sido aceptada ya por Plácido Domingo. "Es la única posibilidad. No quiero que vayan diciendo por Europa que en Madrid es muy fácil cantar por el alto caché. El que no quiera ensayar no podrá estar en el Teatro Real. Los dos o tres primeros años serán más difíciles, pero sentarán las bases para el futuro", aseguró Lissner, que ya aplicó con éxito esta política al frente del teatro Châtelet, en París. El máximo a cobrar será de tres millones de pesetas por actuación -"muy pocos cobrarán esta cifra", advirtió Lissner- y la misma suma se aplicará por mes de ensayo. Así, un cantante que cobre un caché de un millón de pesetas por representación, cobrará un millón por mes de ensayo; si el caché es de dos millones, el mes de ensayo será también de dos millones.

En esta política, Lissner afirmó que estará muy atento a la relación con los cantantes españoles -"soy consciente de que serán una gran aportación para esta ópera"- y anunció que todas las grandes voces han sido ya invitadas a ofrecer recitales durante el primer año de la programación.

Programación de temporada

Una programación que será, al menos en los tres o cuatro primeros años, de temporada -una obra en escena durante varios días- y no de repertorio -obras que van rotando a lo largo del año- Esta elección implica, en opinión de Lissner, que el trabajo se realizará en un doble sentido y al mismo nivel: música y teatro. "Por ello es muy importante que el director de la orquesta y el de escena tengan una misma idea sobre la ópera", añadió.Convencido de que el futuro de la ópera está en los jóvenes, el director artístico del Real anunció la creación de un estudio de ópera de un año de duración, que será dirigido por la cantante Teresa Berganza, y que ofrecerá becas a diez o doce jóvenes cantantes con un máximo de 25 años, quienes compatibilizarán el aprendizaje -la voz y la escena a un mismo nivel- con su inserción en el mundo profesional.Estos intérpretes, que serán seleccionados por Berganza y el propio Lissner entre septiembre y diciembre de 1997, participarán en las óperas de medianoche, unas obras de una hora máxima de duración dirigidas a un público joven. El primer grupo comenzará a trabajar en enero de 1998 y, según Lissner, se hará sin excesiva presión. "Pondré una especial atención en que el ritmo sea pausado, sin prisas", añadió.

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