EE UU cancela el visado al presidente Samper por su relación con los 'narcos'
Estados Unidos hizo ayer realidad una de sus amenazas: canceló el visado al presidente colombiano, Ernesto Samper. Las razones que adujo la Casa Blanca son graves: "El presidente Samper participó a conciencia en negociaciones con el narcotráfico"; "hay certeza de que ingresaron dinero del narcotráfico en su campaña electoral"; "la sanción es personal, no contra el Gobierno colombiano"; "Samper no es bienvenido en EE UU", fueron las frases más duras que pronunció Nicholas Burns, portavoz del Departamento de Estado, al anunciar la medida en una conferencia de prensa en Washington.
La noticia, que se conoció en Colombia a media mañana, causó un gran revuelo y reuniones extraordinarias tanto en la Presidencia como en el Ministerio de Relaciones Exteriores. A última hora de la noche, el Gobierno colombiano difundió un comunicado en el que se manifiesta "indignado por esta medida unilateral e intervencionista". El escueto comunicado insiste en que la sanción sienta "un inaceptable precedente intervencionista" y que el Gobierno de Estados Unidos "desconoce el sistema jurídico de Colombia", ya que Samper fue absuelto de toda relación con el narcotráfico por el Congreso el pasado junio. La declaración oficial concluye afirmando que "Colombia seguirá librando, sola o acompañada, su decidida lucha contra el narcotráfico sin aceptar ninguna presión extranjera", y que Samper se referirá a esta cuestión cuando acuda a Nueva York "el próximo septiembre a la Asamblea de la ONU".La decisión norteamericana, que según el portavoz de la Casa Blanca, Mick McCurry, contó con el total apoyo del presidente Clinton, fue comunicada telefónicamente a Samper por el embajador de EE UU en Bogotá, Myles Frechette. La última vez que el Gobierno norteamericano prohibió la entrada en su país a un jefe de Estado en ejercicio fue en mayo de 1987 al presidente austríaco Kurt Valdheim por sus actividades nazis durante la II Guerra Mundial. El régimen de visados para asistir a asambleas de la ONU es distinto del de entrada en EE UU.
Por su parte, el vicepresidente colombiano y actual embajador en España, Humberto de la Calle, calificó la sanción de "hecho de especial gravedad" que coloca las relaciones entre ambos países en "su peor mornento".
La medida causó estupor e indignación en muchos colombianos que consideran que su país ha sido rebajado a la condición de paria internacional. Colombia empezó a figurar en la lista negra de Washington cuando hace unos meses el Gobierno norteamericano suspendió sus ayudas económicas al país por considerar insuficiente su lucha contra el narcotráfico.
Con Samper son ya cuatro los altos cargos colombianos afectados con esta medida: el procurador (fiscal de los funcionarios públicos) hoy en prisión por el llamado narcoescándalo; el contralor (fiscal del dinero público) investigado también por este mismo caso y el actual embajador en México y ex fiscal general, Gustavo Degreiff.
El Gobierno de Estados Unidos está apretando las clavijas al Gobierno de Samper en varios campos. La Administración Clinton no quedó muy contenta con la absolución que le dio el Congreso a Samper y fijó un plazo, que vence el próximo 30 de septiembre, para que Bogotá endureciera su acción contra el narcotráfico. El Gobierno de Samper presentará un paquete de medidas con este fin al Congreso el próximo día 20. Otra de las exigencias norteamericanas es volver a poner en práctica las extradiciones. Hace apenas dos semanas, EE UU pidió oficialmente la extradición de cuatro capos del cartel de Cali, a lo que se negó Bogotá ya que la extradición fue eliminada en la Constitución de 1991.
El principal testigo del llamado narcoescándalo, el tesorero de la campaña electoral de Samper en 1994, Santiago Medina, fue condenado ayer a cinco años de cárcel y pagar 3,3 millones de dólares por su participación en este caso.
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