Cifras alarmantes de analfabetismo 'funcional' en varios países desarrollados
La UNESCO definió en 1978 que una persona está funcionalmente alfabetizada cuando "es capaz de ejercer todas las actividades para las que la alfabetización es necesaria dirigidas al interés del funcionamiento de su grupo o de su comunidad así como para permitirse a si misma continuar leyendo, escribiendo y realizando cálculos aritméticos en favor de su propio desarrollo y del de la comunidad".El último boletín publicado por esta organización, EFA 2000 Éducation pour tous, de diciembre pasado refleja que en algunos países desarrollados son muchos todavía los ciudadanos que se mantienen muy alejados de la citada definición. En Canadá, por ejemplo, el 16% de los adultos tiene dificultades para leer las informaciones escritas relacionadas con sus necesidades cotidianas (estadísticas canadienses de 1989). Y en el mismo continente, en Estados Unidos, según datos de 1992 uno de cada cinco adultos es incapaz de comprender una placa en la calle, un formulario de solicitud de empleo o la etiqueta explicativa que acompaña a un medicamento.
Cruzado el Atlántico, en el Reino Unido, uno de cada siete adultos no domina los mecanismos de la lectura, la escritura o el cálculo (según datos de 1995). En Francia, el 20% de los jóvenes reclutados por el ejército tiene dificultades para leer un texto sencillo, así lo confirman los datos del grupo en lucha contra el analfabetismo recogidos en 1991. Y, en Hungría, de cada cuatro adultos que abandonan este mundo, uno lo hace sin saber leer ni escribir (datos de 1987).
El informe de la UNESCO no refleja el caso español. Las autoridades educativas de nuestro país aseguran que es difícil definir los parámetros del analfabetismo funcional lo que explica que el Ministerio de Educación y Ciencia no disponga de datos sobre el particular.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.