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El Pacto de Ajuria Enea elude las diferencias y llega a un acuerdo de mínimos contra ETA

Los partidos democráticos ofrecieron ayer una imagen de unidad frente a los violentos. Siete meses después de la última reunión del Pacto de Ajuria Enea llegaron a un acuerdo de mínimos en el que aparcaron sus diferencias y resaltaron su rechazo a ETA y su entorno. A pesar de todo, ofrecieron a los terroristas un final dialogado cuando renuncien a las armas. Las siete horas de reunión estuvieron marcadas por la petición de José María Aznar del cumplimiento íntegro de las penas, un discurso que Ardanza calificó de "provocador". La pugna entre el PNV y el PP limitó los resultados del encuentro.

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Una reunión de circunstancias

Los partidos aprobaron, con algunas modificaciones, el documento de cinco puntos sobre la violencia que había propuesto el lehendakari, José Antonio Ardanza, pero fracasaron en su intento de garantizar que todos los partidos excluirán el terrorismo como argumento electoral. A falta de la exclusión tajante, al menos se llegó al "compromiso de no instrumentalizar partidistamente" la violencia. Los firmantes del pacto atravesaron el umbral de Ajuria Enea por la puerta de atrás, empujados por la ofensiva de los violentos y atenazados por sus estrategias, singularmente divergentes en el case del PNV y el PR. Ardanza, Xabier Arzalluz (PNV), Ramón Jáuregui (PSOE), Jaime Mayor Oreja (PP), Carlos Garaikoetxea (Eusko Alkartasuna), Javier Madrazo (lU) y Pablo Mosquera (Unidad Alavesa) se encontraron en la Mesa ovalada del palacio después de un final de año cargado de discusiones sobre reinserción, reagrupamiento de los presos, su caracter político y diálogo con los terroristas.

Durante las primeras horas del debate, que terminó pasada la medianoche, los firmantes se dedicaron. a cambiar las expresiones que pudieran generar nuevas discrepancias del documento base.

Para evitar que se interpretara como una atribución de responsabilidad por la impunidad de los violentos, se suavizó la petición original a los jueces, en la que se les pedía que ejercieran su función desde la consideración de las especiales circunstancias de la sociedad vasca. En el texto aprobado se pide a los jueces que trabajen en favor de la pacificación.

El acuerdo de mínimos alcanzado ayer, la víspera del octavo aniversario de la firma del pacto, deja muy claro que la sociedad vasca apuesta por una salida dialogada que abra las puertas a una reconciliación. Pero puntualiza que sólo será posible si callan las armas, y recuerda que ETA no ha mostrado, su voluntad de acabar con la violencia.

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En otro apartado se reconoce que en la lucha del Estado contra ETA "se han cometido injustificables vulneraciones de los derechos humanos" que han supuesto "un obstáculo para la superación del fenómeno violento". IU consiguió introducir la exigencia del "más rápido esclarecimiento judicial del caso GAL y la depuración de todas las responsabilidades que puedan encontrarse".

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