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Melatonina, ¿la felicidad?

La hormona de la 'eterna juventud' tiene ya millones de 'fans'

Una hormona recorre América. Millones de personas toman cada día su dosis de melatonina: unos, como píldora para dormir, y otros porque creen que combate el envejecimiento. Es un producto barato y aparentemente seguro; se compra sin receta, porque no es una medicina, y sus defensores -médicos e investigadores- aseguran que además de evitar el insomnio y ampliar las expectativas de vida, esta panacea natural sirve para proteger a las células de la oxidación y tiene otras muchas virtudes.Adiós, Prozac; bien venida, melatonina. La fiebre que el pasado año sacralizó el antidepresivo no es nada comparada con la revolución que ahora protagoniza la hormona, que tiene la etiqueta mágica de "producto natural" y no se asocia con la traumática depresión, sino con el familiar insomnio que afecta a uno de cada cinco estadounidenses, y con la fuente de la eterna juventud. El boca a boca está funcionando: "Todo el mundo toma melatonina. Mis amigos, mi médico, los amigos de mi médico... Incluso mi mujer, a la que no le gusta tomar ni siquiera una aspirina, llega la hora de dormir y ¡pastilla!". George Bustillo, de 39 años, es un converso reciente a la melatonina. Tiene la profesión ideal para las ventajas de la hormona -piloto de avión-, pero en su caso el objetivo no es sólo combatir el jet lag (desorientación) tras los cambios de horario, sino ayudar al cuerpo a aplazar el deterioro de los años de forma natural".

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Sólo cuatro quejas

La melatonina se identificó hace 40 años. El organismo humano la produce esporádicamente en la glándula pineal, situada en el centro del cerebro. Cuando la luz del día se registra a través de la retina, la glándula disminuye la secreción de melatonina. Al caer la noche, aumenta la producción. Además de organizar los biorritmos, la hormona tiene una función básica: es un antioxidante que protege a las células de la corrosión producida por los radicales libres, moléculas procedentes de la metabolización del oxígeno. La producción de melatonina es muy intensa en la infancia y empieza a disminuir después de la pubertad. Pasados los cuarenta está a medio gas, y a los 80 es mínima. La idea obvia es suplir desde el exterior la hormona a medida que el organismo deja de producirla.

Los doctores Pierpaoli y Regelson, que han experimentado con ratones desde hace varios años, afirman en su libro El milagro de la melatonina: "La senectud, esa espiral descendente que hemos llegado a asociar con el paso de los años, no tiene por qué ocurrir. La melatonina puede detener la espiral". Experimentos de laboratorio sugieren que la hormona protege los tejidos de la oxidación, estimula el sistema inmunológico y disminuye las posibilidades de desarrollar ciertos tumores.

Alan J. Salerian, médico y psiquiatra de Washington, cree que lo único que puede probar que la hormona es tan buena como parece es el tiempo. "Pero sí sabemos que el cerebro produce, usa y necesita la hormona, y sabemos también que la función antioxidante tiene una gran importancia para las células". El doctor Salerian cree que hay que estar alerta sobre los efectos a largo plazo, pero por el momento no ve más que ventajas en la hormona, que no sólo está recetando "diez veces más que el Prozac", sino que consume personalmente. Su única advertencia tiene que ver con las dosis, que, en su opinión, suelen ser mucho más altas de lo necesario.

Source Natural, uno de los laboratorios que comercializan la hormona, es un buen termómetro para medir la fiebre de la melatonina: "Nuestras ventas han aumentado significativamente. En 1995 hemos vendido 20 veces más que en 1994", señala Audrey Winterer, portavoz de la empresa.

Russel Reiter, biólogo celular de la Universidad de Tejas y principal estudioso de la hormona, señala en su libro Melatonina: la medicina maravillosa de su cuerpo que deberían abstenerse de tomarla las mujeres embarazadas y las que quieran estarlo, los alérgicos, personas con problemas en el sistema inmunológico y los niños.

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