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HACIA LA PAZ EN LOS BALCANES

Serbios y bosnios disienten ya sobre lo pactado

No han pasado 24 horas desde que las facciones en guerra en Bosnia se reunieran en Ginebra para sellar su conformidad inicial con un plan de paz y ya comienzan a producirse interpretaciones diferentes de la importante y vaga declaración conjunta que servirá de base, a la coexistencia de musulmanes, croatas y serbios cuando se detenga la guerra. El presidente bosnio, Alia Izetbegovic, aseguró ayer que su compromiso excluye cualquier forma de soberanía de los separatistas serbios de Bosnia. El líder de éstos, Radovan Karad2dc, decía en Paje que el acuerdo significa llanamente la independencia de su Estado, la Republika Serpska, o República Serbía de Bosnia.

Esta "entidad" de los ultranacionalistas serbios, que ocupará el 49% del suelo bosnio según lo pactado, coexistirá con sus propias leyes en una Bosnia dividida territorialmente, pero cuya integridad formal dentro de sus fronteras internacionales actuales han reconocido tanto Serbia como Croacia. El presidente Slobodan Milosevic pues, ha aceptado a Bosnia como Estado soberano y Sarajevo admitido a cambio la-existencia de una entidad autónoma serbia dentro de sus fronteras. Belgrado, Zagreb y Sarajevo, sin embargo, siguen sin concederse por ahora el reconocimiento formal de sus Gobiernos respectivos.Aunque Washington, Moscú y el Consejo de Seguridad de la ONU, la gran ausente a todos los efectos, se han felicitado por este acuerdo de principio, lo cierto es que la diplomacia balcánica está empedrada desde hace años con promesas rotas. Nadie firmó nada en, el esperado encuentro en Ginebra, auspiciado por EE UU y valorado por su representante, R¡chard Holbrooke, como un ":

portante primer paso hacia la paz" (el mediador europeo, Carl Bildt, prefirió considerarlo "un pequeño paso").

La exhibida por Izabegovic y Karadzic, no es la única discrepancia, aunque sea la expresada al nivel más alto. Pasado el frenesí del anuncio urbi et orbe de lo "poco, pero importante" conseguido, el jefe de la delegación panserbia, el ministro de Exteriores Milan Milutinovic, que habló en la ciudad suiza por los radicales de Karadzic, puso el dedo en la llaga al apuntar al futuro vínculo entre los serbios de Pale y los de Belgrado.

La declaración de Ginebra establece que tanto la Federación de Bosnia y Herzegovina como, la República Serbia de Bosnia -las dos "entidades democráticas" que coexistirán en los límites actuales de Bosnia- podrán "establecer relaciones especiales" con países vecinos, es decir Croacia o Serbia, los dos poderes regionales. Para Sarajevo, por boca de su enviado a Ginebra, el titular de Exteriores Mohamed Sacirbey, estas relaciones no pueden ser otras que culturales o económicas. La posibilidad de una confederación entre los serbios, una "pequeña Gran Serbia", es anatema para el Gobierno bosnio. Milutinovic, sin embargo, dijo a un grupo de periodistas que "ésta es su opinión hoy, pero ¿quién sabe lo que se hará mañaña.?

Un marco sin cuadro

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La deliberada ambigüedad de la declaración de principios aceptada por los contendientes deja a negociaciones posteriores prácticamente todo lo que no es la mera existencia de dos países dentro de unas mismas fronteras externas y el porcentaje de su reparto territorial. De ahí la cautela del jefe negociador de Bill Clinton y la urgencia de la potencia mediadoras en pactar con las partes la estructura constitucional y política que ha de conectar a musulmanes y croatas con los serbios. El compromiso ole Ginebra es por ahora sólo un marco al que le falta el cuadro.

Por añadidura, algunos de los elementos del marco son hoy por hoy simplemente expresiones de buenos deseos de imposible realización en Bosnia. Así, el compremiso de adoptar los baremos internacionales en el respeto de los derechos humanos o el de permitir la libertad de movimientos en todo el territorio. Y, más irreal, que ningún otro, la obligación de Sarajevo y Pale de permitir el regreso de los refugiados a los lugares y casas de los que fueron expulsados. Los lugares han sido étnicamente "homogeneizados" por unos u otros y las casas o no existen o tienen nuevos y definitivos inquilinos.

La estampida diplomática para dar contenido al compromiso se ha iniciado, ya, y llevó ayer a Belgrado al viceministro ruso de Exteriores, Igor Ivanov, y a Santander al mediador Bildt para informar a los jefes de la diplomacia de la Unión Europea. La semana entrante se reúne de nuevo el Grupo de Contacto en la misión rusa de Ginebra y después lo hará en Moscú, una doble elección. que trata de apaciguar la irritación del presidente Borís Yeltsin por su ninguneamiento en los bombardeos de la OTAN contra la maquinaria militar serbobosnia. Ho1brooke y Bildt han anunciado que viajarán en los próximos días a Zagreb, Sarajevo y Belgrado.

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