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Entrevista:

"Nuestro secreto es la complicidad"

Rocío García

Se encontraron el viernes pasado en unas bodegas en Rociana (Huelva), y al día siguiente Victoria Abril (35 años, vestida en gasa estampada y con botos de excursión) hizo entrega a Vicente Aranda (68 años, traje gris, corbata granate de ganchillo y zapatillas deportivas de cuero negro) del premio que el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva otorgó al director. Juntos han realizado desde 1975 nueve películas y juntos han conocido el éxito cinematográfico. Títulos como El Lute, Amantes o Intruso son el ejemplo de la simbiosis perfecta entre director y actriz.Pregunta. ¿Cómo fue su encuentro?

Abril. Vicente, tú tienes mejor memoria que yo.

Aranda. Ya sabes que yo quería hacer Cambio de sexo con Ángela Molina, que era una desconocida en ese momento. Cuando dije a los productores que la actriz elegida era Ángela Molina pensaron que estaba loco. Le hicimos una prueba de vestuario a ella y a un hermano. Le atamos a Ángela el pecho y empezamos a intercambiar vestidos entre uno y el otro y a fotografiar a los dos. Llevé estas fotos a la productora y no supieron distinguir quién era uno y otro. Firmamos un contrato, pero poco antes de empezar la película me dijeron que Angela lo rompía.

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Abril. ¡Oh, qué suerte! Gracias, Ángela. No sabía nada de esto, me estoy enterando ahora. La tengo que llamar. Si es que yo tengo estrella, ángel guardián más que estrella.

Aranda. Y una tarde, frente al televisor en blanco y negro, vi por casualidad a una especie de monito que daba brincos. Era Victoria en La bien plantada. Ordené inmediatamente la busca y captura de ese personaje.

P. ¿Creían que esta relación iba a ser tan duradera y fructífera?

Abril. No, claro que no. Si, por no saber, yo no sabía ni que iba a ser actriz. En aquellos momentos hacía cine con la idea de seguir bailando y de poder tener dinero para irme a Cannes o a Nueva York. Lo que pasa es que después de la segunda película vino una tercera, una cuarta y la quinta. Ahí dejé definitivamente de pensar en el baile para siempre y corté de tajo. Fue el encuentro con Vicente Aranda, no el día que le vi por primera vez.

Aranda. Tú llegaste ese día dando la falsa impresión de que todo te importaba un pito. Por fortuna, yo no sabía que Victoria trabajaba en Un, dos, tres... porque si la llego a ver con esas gafas...

Abril. Vicente, no lo digas, porque siempre he dicho que tú eras el único al que le importaba un bledo que hubiera hecho Un, dos, tres... No digas ahora que te importa, porque quedo como una mentirosa. Y además la prueba de que no te importó es que seguí haciendo el programa.

Aranda. No, no me importó. A mí lo que me impresionó fue La bien plantada y la entrevista que tuvimos, a la que llegaste dando saltitos por encima de las mesas.

Abril. Es verdad que saltaba por las mesas, pero fue porque vosotros estabais en un rincón al que era imposible llegar.

P. ¿Cúal es su secreto?

Aranda. La complicidad. Cuando estamos preparando una película siempre digo "vamos a hablar fríamente para hacerlo con calor luego".Abril. Siempre hace falta el pacto. La prueba es que el mismo actor, igual de guapo, de listo y de bueno, está fatal en una película y en la siguiente está estupendo.

P. De los clásicos del cine ¿hay algún título que les hubiera gustado realizar juntos?

Aranda. Nunca he imaginado que pudiera hacer una película que ya ha hecho otro.

Abril. Cuando hay complicidad da igual. El tema que queramos lo realizamos, mejor dicho, el tema que quiera él lo desarrollamos.

P. ¿Qué película recuerdan con mayor cariño?

Abril. Amantes, porque es el filme redondo. Es el resultado, el rodaje, el tiempo, el momento en el que cayó. Fue una película en estado de gracia.

Aranda. Estoy de acuerdo con eso. Sin embargo, creo que Intruso, como objetivo, era bastante más compleja. Siempre he pensado que gracias a la oposición que Victoria sintió hacia ese personaje, que presentaba ciertas dificultades para ella, se inventó un extraño y complejo sistema de enfrentarse a él.

Abril. ¿Qué dices, Vicente? Me estoy enterando ahora.

Aranda. Sí. Victoria insistía en que su personaje era incomprensible, y lo que hizo fue llevarlo hasta el extremo de convertirlo en algo de cristal. Cuando se ve la película, se ve que el personaje es absolutamente transparente.

P. ¿Qué papel ha desempeñado la pasión y el erotismo en su encuentro cinematográfico?

Abril. Es que Vicente es el único director con el que la pasión y el erotismo se parece un poquito a lo que te gustaría vivir, a lo que has oído que ha ocurrido, a lo que te hace soñar. Es el único que se toma seriamente el tema, y cuando digo seriamente quiero decir que rueda con la misma credibilidad esa secuencia de sexo, amor o erotismo que una poniendo adornos a un árbol de Navidad.

Aranda. La pasión y el erotismo son dos partes de una misma bomba., por separado no son bomba y juntos sí.

Abril. ¡Olé! ¡Ay, Vicente, que ganas tenía de verte! Es que yo me puedo tirar dos horas para hablar de una cosa y Vicente la sintetiza en tres palabras.

P. ¿Cuál ha sido el momento más tenso que han vivido en un rodaje?Abril. Donde hay complicidad no hay tensión. Vicente no dirige, pacta. Nunca hay momentos tensos, puede haber una conversación más larga o más corta en función del problema, pero nunca te deja tirada.

Aranda. He tenido relaciones tensas con otras actrices, pero con Victoria no. Me parece recordar que tuvimos un pequeño enfado en El crimen del capitán Sánchez. La culpa la tuve yo, porque hice una exclamación que la hirió.

Abril. Ni me acuerdo.

P. Juntos han alcanzado el mayor éxito cinematográfico. ¿Cuándo va a ser su próximo en cuentro?

Abril. Eso hay que preguntar le a Vicente.

Aranda. Bueno, también se le podía preguntar a Victoria. En mi situación no quiero hacer repartos sin consultar con productores. Tampoco sé cuál va a ser mi próxima película, puede que sea Libertarias, sobre la guerra civil española, pero no quiero aventurar nada.

Abril. La prueba es que Libertarias se iba a hacer hace 10 años y se ha ido posponiendo. Iba a hacer un personaje que ahora ya no lo puedo hacer.

Aranda. Pero hay otro que Victoria sí podría hacer.

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