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Un toro bravo en Barcelona

Se cumplió el dicho, porque el quinto toro lidiado ayer en la Monumental de Barcelona, que atendía por Naranjero, no sólo no fue malo, sino que siguió los engaños con una rectitud y una nobleza tales que se hizo acreedor con toda justicia al póstumo premio de la vuelta al ruedo. El toro fue, además, precioso de lámina y muy vistoso de pelaje, cárdeno salpicado y capirote. Algo flojo, su viaje en la muleta fue realmente de ensueño y aunque perdió algo de gas, fue una lástima que Chamaco no se lo llevase a los medios y le diese un poco más de aire.El toro Naranjero vino a lavar el honor de la divisa de María Lourdes Martín de Pérez Tabernero, porque los cuatro primeros de este hierro fueron realmente imposibles, con mucho peligro y nula bravura. El sexto, sobrero de Oliveira Irmaos, desarrolló sentido. Los diestros tuvieron con la corrida el siguiente resultado: Víctor Mendes, silencio y pitos; Chamaco, silencio y vuelta al ruedo; Luis de Pauloba, aviso y vuelta al ruedo; ovación.

Víctor Mendes tuvo una desafortunada actuación y hasta falló con los palos en el primero. Chamaco advirtió el peligro del segundo y lo liquidó de feo bajonazo. Al quinto lo toreó con temple y ajuste pero la faena fue a menos. Pauloba estuvo muy valiente con los broncos toros de su lote.

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