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Craxi acusa a sus adversarios de buscar su "aniquilamiento físico"

El ex primer ministro italiano y ex líder del Partido Socialista, Bettino Craxi, dijo ayer en un comunicado hecho público por su secretaria que en Italia no están contentos con haberle eliminado de la política, sino que ahora se pretende su "aniquilamiento psicológico y físico". "Después de haber logrado con campañas políticas, judiciales y periodísticas perfectamente orquestadas mi eliminación política, parece que ahora se quiere algo más" afirma el ex líder socialista.

Esta declaración está relacionada con su procesamiento por un escándalo financiero y la orden emitida el pasado día 11 por los jueces milaneses que instruyen el caso de retirarle el pasaporte para evitar una eventual fuga.Craxi se encuentra actualmente en paradero desconocido. En medios políticos se cree que el ex líder socialista puede encontrarse en Túnez, en su residencia de Hammamet. Sin embargo, la prensa italiana especula con que puede estar escondido en París, en algún lugar de la Costa Azul, en Nueva York, o incluso en la misma Roma.

Craxi dice en su comunicado, donde no precisa su paradero, que le han retirado el pasaporte "sin motivos y sin fundamentos", y que se trata de "una violencia preordenada para llevar a cabo otras violencias" contra él. "Se inscribe en esta lógica no justificada de exigencias de la justicia y nada más", añade el comunicado emitido por el hombre que durante 16 años lideró con mano de hierro al Partido Socialista Italiano.

El político considerado ahora como símbolo del sistema de corrupción se queja en este texto de que en estos últimos años cada vez que "abrió la boca" los jueces le abrieron un sumario: más de 30, hasta ahora, por violación de la ley de financiación de los partidos y otros varios delitos de corrupción.

En el texto, el ex líder socialista no menciona si tiene la intención de volver a su país. Craxi debe comparecer el pióximo 16 de junio ante la justicia de Milán en compañia de otras personalidades por el escándalo de una cuenta abierta en Suiza, en la que fueron ingresados 7 millones de dólares procedentes del banquero Roberto Calvi, encontrado postenormente muerto. Se sospecha que este dinero estaba destinado a la financiación del Partido Socialista.

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