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La central nuclear francesa Superphénix volverá a funcionar, pero sólo se dedicará a investigación

El gobierno francés ha acordado autorizar de nuevo, aunque sin fecha concreta, la puesta en marcha de la central nuclear Superpliénix, el único reactor de neutrones rápidos de tarnafio industrial, instalado en Creys-Malville, cerca de los Alpes. El generador permanecía parado desde julio de 1990 debido a una serie de accidentes, entre ellos fugas del sodio refrigerante, que se empezaron a producir casi inmediatamente después de su puesta en marcha, en diciembre de 1986. En palabras de la ex-ministra socialista del Medio Ambiente, Ségolène Royal, "Superphénix es un error industrial, un desastre financiero y un grave riesgo para el medio ambiente".Oficialmente, el enorme generador ya no tiene como misión principal la producción deelectricidad sino "la investigación y las demostraciones". El gobierno pretende que Superpliénix pueda resolver el problema de los residuos nucleares, pero lo cierto es que sólo es capaz de quemar 200 kilogramos de plutonio al año, es decir, apenas los residuos de una de las cincuenta centrales nucleares refrigeradas por agua que funcionan en Francia en la actualidad y que suministran casi el 80% de la energía eléctrica que necesita el país.

Los ecologistas sostienen que la verdadera razón de querer volver a poner en marcha Superphénix, un generador que debiera estar "en el museo de los errores monumentales", pasa por la necesidad de la empresa eléctrica EDF de protegerse de las "acusaciones por incumplimiento de contrato" de los socios extranjeros.

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