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100.000 estafados con una rifa de "ayuda" a niños bosnios

Jan Martínez Ahrens

Sergio Rubén A. S., de 33 años, hizo del horror de la guerra en Bosnia un negocio redondo en Madrid. El Servicio de Vigilancia Aduanera detuvo el pasado lunes a este italiano por estafa mediante una rifa ilegal, cuyos boletos se escudaban en una falsa asociación de ayuda a los niños bosnios. En poco más de un año, la red que dirigía Sergio Rubén -disponía de 70 vendedores-, distribuyó unos 150.000 boletos con los que engañó a más de 100.000 madrileños, según Aduanas. Los boletos costaban este año 200 pesetas.Como premio, ofrecía un lujoso Toyota blanco. "La matriculación, a cargo del agraciado", figura en los boletos, que indican que el coche se concedería al número que coincidiese con la Lotería Nacional del Niño.

La operación policial se puso en marcha hace un mes, tras una denuncia del Organismo Nacional de Loterías y Apuestas. Rubén iniciaba la distribución en noviembre. Su centro de operaciones era una antigua autoescuela, cedida gratuitamente por su propietario. Allí, recibía y organizaba la estafa. Los vendedores, en su mayoría jóvenes, desconocían el engaño y habían sido contratados mediante anuncios en prensa.

Los agentes de Aduanas descubrieron que Rubén organizó el año pasado otra rifa ¡legal en la que empleó los mismos reclamos. La única diferencia estriba en que el boleto valía 300 pesetas. En aquella ocasión distribuyó 100.000 billetes de la rifa. El premio quedó desierto. Este año había conseguido sacar a la calle 59.804 boletos. La mitad de la recaudación era para el vendedor y la otra mitad para Rubén.

70 centímetros de engaño

En los 70 centímetros cuadrados del boleto, Sergio Rubén, sin antecedentes penales y con permiso de residencia en regla, no dejó resquicio que pudiese afectar a su negocio. El billete, con una foto de estudio del flamante Toyota modelo Supra, describía en su anverso 21 adelantos del vehículo japonés. Por ejemplo: inyección electrónica, seis cilindros en línea, 24 válvulas o dirección asistida con endurecimiento progresivo. Todo una tentación a cambio de un poco de ayuda para los niños sometidos al azote de las metralletas.

La realidad, sin embargo, era menos atractiva. El Toyota, según Aduanas, había recorrido más de 140.000 kilómetros, no presentaba un palmo sin abollar y la mitad de sus virguerías habían dejado de ser operativas. Pero, eso sí, el boleto informaba de que la matriculación corría a cargo del "agraciado".

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La estafa, sin embargo, relucía en la otra cara del boleto. Allí, el precio figura antecedido por la palabra "donativo". En mayúsculas azules y en cabeza del texto, figura Asociación Ciudadana para la Ayuda a los Niños Bosnios. En lugar de la firma del depositarlo hay un texto que indica un apartado de Correos de Madrid (9464) y un teléfono (399 32 21).

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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