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Paloma Hurtado: "Perdonad que no sonría, pero es que no puedo"

Jan Martínez Ahrens

'Perdonad que no sonría, pero es que no puedo". La ironía, como una exhalación, cruzó junto a la popular cómica Paloma Hurtado -abrigo de pieles y un apósito en la cara del tamaño de un puño- la puerta de la clínica La Paloma. La misma puerta que Hurtado atravesó hace ocho días al recibir en el rostro el disparo accidental de un policía. Ayer, al dejarlas atrás, habló poco. "Estoy marcada", acertó a decir después de que le quitasen los puntos. El juez la citará pronto y volverá a interrogar al agente que la hirió.

La actriz, que alcanzó la fama junto a sus hermanas en el programa Un, dos, tres, abandonó por la mañana la habitación 124 de la clínica La Paloma. Volvía a su casa. Tras siete días de tratamiento, el cirujano que la ha atendido mostró su satisfacción por el "buen aspecto de la herida", aunque recalcó que hasta dentro de mes y medio no se conocerá con exactitud el alcance de las secuelas. La posta (del tamaño de un guisante) entró por el pómulo derecho y le atravesó la cara hasta alojarse en la parte inferior derecha de la nariz.El disparó también alcanzó al perro de la actriz, un yorkshire enano llamado Chico, que murió en el acto. "¡El Chico, el Chico", gritó Hurtado nada más recibir el impacto. En el momento del accidente, también la acompañaba su marido.

La pérdida del perro ha provocado "ataques nerviosos" a la cómica, a quien atienden dos psiquiatras pagados por el Ministerio del Interior. "Estoy muy agradecida al Ministerio", comentó ayer Hurtado.

La salida de Hurtado del hospital no es definitiva. La actriz tendró que regresar periódicamente para ser sometida a revisión. Ayer volvió a las seis de la tarde para que le retirasen la mayoría de los puntos de la cara. Llegó en un discreto Seat Ibiza blanco. La acompañaba su hijo.

Nada más pisar el asfalto, bañada por los flashes de los fotógrafos, se permitió una ironía: "Perdonad que no sonría, pero es que no puedo". Un abultado apósito marcaba su rostro. Después, como un suspiro, se introdujo en la sala de cirujía.Más lívida y mareada

Al salir, apareció más lívida. "Estoy mareada, estoy mareada", repetía mientras reclinaba la cabeza en su abrigo de pieles y caminaba en dirección a su coche. ¿De qué se acuerda de aquella noche? "Prefiero no acordarme de nada". ¿Qué piensa de la policía? "Estoy muy agradecida al Ministerio del Interior, me han dado psiquiatras". ¿Qué ocurrirá con su trabajo? "Cuando me recupere volveré con Chicho [Ibañez Serradorl". ¿Cómoha reaccionado la gente? "Es ma ravilloso, es maravillo todo...". Paloma Hurtado acabó tumbada en el asiento trasero del coche. Inmediatamente, se marchó a casa, donde la esperaba su marido, quien la misma noche del accidente denunció lo ocurrido.

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El agente que la hirió -mientras custodiaba la Brigada de. Documentación de Madrid- se encuentra en libertad. Al día siguiente de los hechos, declaró que la escopeta se le resbaló y que al cogerla se le disparó.

Las postas se incrustaron en Paloma Hurtado y en su perro. Paseaban por la calle de Los Madrazo. El marido de la actriz salió Ileso.

El juez volverá a interrogar al agente. Uno de los puntos que tratará de aclarar la investigación es por qué el policía llevaba la escopeta -una Franchi- lista para disparar. El Ministerio del Interior lo prohibe en simples tareas de vigilancia.

Fuentes judiciales señalaron que al agente se le puede acabar imputando una falta de imprudencia o bien un delito de imprudencia temeraria.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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