Juan Pablo II invita en Letonia a la reconciliación con la minoría rusa

ENVIADO ESPECIAL Juan Pablo II invitó ayer a la reconciliación y al perdón durante la misa que pronunció por la tarde en Riga, la capital de Letonia -la segunda en tamaño de las repúblicas bálticas-, una ciudad mar cada por el enfrentamiento de los autóctonos con la minoría rusa, que creció hasta más de un 30% del censo durante los 45 años en que el país permaneció anexionado a la URSS. Pero el Papa evitó mencionar explícitamente esta cuestión, como tampoco se refirió a la resistencia de Moscú a retirar a los 16.000 soldados que mantiene en este territorio.

Un grupo de intelectuales letones, entre los que se encontraban el vicepresidente de la Academia de Ciencias, Tallis Miller, y diversos miembros en activo y honorarios de dicha institución, hicieron pública por la mañana una carta a la opinión pública mundial en la que afirman que las denuncias de violaciones de los derechos humanos de los aproximadamente 700.000 rusos residentes en el país representan una simple maniobra de Moscú "para liberarse de su responsabilidad en los crímenes cometidos" en el pasado en Letonia.Este enfrentamiento, mucho más virulento aquí y en Estonia que en Lituania, alcanzó su cenit cuando el Gobierno letón aprobó, hace aproximadamente un año, leyes que limitan los derechos ciudadanos -incluidos los electorales- de los rusos, y especialmente de los que no tengan antecedentes familiares anteriores a 1944 en Letonia. Coincidiendo con tales hechos, se complicaron las negociaciones para la retirada de las tropas soviéticas de Letonia.

Una portavoz de Guntis Ulmanis, el presidente letón, afirmó ayer que Juan Pablo II se mostró comprensivo, durante la breve entrevista que mantuvo con el jefe de Estado, ante la exigencia letona de retirada de dichos contingentes, para la que sugirió una salida siempre negociada. Pero fuentes más próximas al Vaticano estimaron improbable que el tema de las tropas rusas fuera abordado en el mencionado encuentro, sobre todo teniendo en cuenta que Ulmanis estaba acompañado por su familia.Derechos humanos

Las mismas fuentes recordaron que, aun siendo indudablemente favorable a la retirada de los soldados -un hecho que ha celebrado explícitamente en el caso de Lituania-, el Pontífice tiene por principales preocupaciones en estos momentos la reconciliación y el respeto de los derechos del hombre en las repúblicas bálticas.

Por su parte, el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, confirmó ayer la mejora de las relaciones del Vaticano con la Iglesia ortodoxa rusa. Según informó Navarro, el arcipreste Georgis Zsablitsev, enviado a Lituania por el patriarca Alexis II de Moscú con ocasión de esta visita del Papa, almorzó el miércoles con el Pontífice en la casa de los jesuitas de Siauliai, en Lituania. En dicho almuerzo, el enviado de Moscú expresó su deseo de seguir a Juan Pablo II hasta Letonia y Estonia. El Papa respondió: "Me complace que hagamos juntos esta peregrinación".

Los católicos no llegan a 600.000 en Letonia, de amplia mayoría protestante, y ello contribuyó indudablemente a que el primer día de la visita papal a Riga pasara mucho más inadvertido que su estancia previa en Vilna, la capital lituana.