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Persona, fisiología y recuento ganadero

"Parece un cambio muy razonable", manifestó a EL PAIS Francisco Rico, catedrático de Filología española de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico de la Real Academia Española de la Lengua. "Decir 'mujer' y no 'hembra' no reduce a la mujer a mera fisiología y le subraya, en cambio, la dimensión de persona". Otro tema es definir si se puede ser anatómicamente hombre y psicológica o civilmente mujer, sugiere el catedrático. Pero este es otro tema, que además afectaría por igual a mujeres y varones.Las propias definiciones de hombre y mujer que maneja el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua han sido objeto de dura polémica en varias ocasiones. En 1991, la diputada del PSOE María Dolores Pelayo, llego a defender una proposición no de ley para que el gobierno revisara los conceptos y acepciones "vejatorios" para la dignidad de la mujer contenidos en el diccionario. Se preguntaba por qué una "mujer pública" era una "ramera", y un "hombre público", el que interviene en negocios políticos.

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El término "mujer" sustirá al de "hembra" en la partida de nacimiento

A Luis Landero, escritor y profesor de Lengua y Literatura, lo de "hembra" le suena muy mal. "Me suena a una cosa cuartelera, un término ganadero, una alusión violenta a la constitución fisiológica". Nacido en un pequeño pueblo, recuerda como su padre decía, refiriéndose a sus hijos: "tengo tres hembras y un varón". Por eso comprende que en este ambiente, donde se vive en intimo contacto con la naturaleza se hable de "hembras", como de pescuezos para referirse al cuello, "¡pero en un documento oficial no!".

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