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La explosión en un complejo militar de Siberia causa el peor accidente nuclear desde Chernóbil

El Ministerio de Energía Atómica de Rusia consideró ayer que el accidente nuclear que se produjo en la ciudad siberiana secreta de Tomsk-7 el martes debe ser considerado de grado tres en la escala internacional de siete puntos, con posibilidades de que sea de grado cuatro. Esto lo convierte en el más grave que se produce en el territorio de la ex Unión Soviética desde que el reactor número cuatro de Chernóbil (Ucrania) saltó en pedazos hace casi siete años, produciendo la mayor catástrofe nuclear no militar de la historia. Una nube radiactiva avanza a 36 kilómetros por hora en dirección noreste.

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Una ciudad secreta

El accidente en Tomsk-7 ha generado una mancha radiactiva de aproximadamente un kilómetro de ancho por ocho de largo sobre la nieve. La radiactividad alcanzaba en la mañana de ayer los 40 miliroentgen por hora en algunos puntos de la mancha.La agencia rusa Itar-Tass, citando al Comité de Situaciones de Emergencia, informó que la radiactividad afecta a un área de 200 kilómetros cuadrados que abarca la planta nuclear, un bosque y parte de una autopista.

La magnitud de este accidente "no puede ser comparada" con la de Chernóbil, dijo Gueorgui Kaurov, portavoz del citado ministerio. "De Chernóbil se escaparon unos 80 millones de curies de radiactividad, mientras que aquí no ha llegado ni siquiera a uno", explicó. "Por tanto, es un accidente 80 millones de veces menor".

Grupos de trabajadores han iniciado ya las labores de recogida de la nieve contaminada, pero el hecho de que la zona se encuentre en plena época de deshielo hace muy probable que parte de la contaminación acabe en el río Tom, el afluente del Obi que, pasa por la ciudad. Esa posibilidad llevó a Alexéi Yáblokov, asesor de Yeltsin sobre salud y medio ambiente, a vaticinar que la contaminación radiactiva, "permanecerá en el medio pollos siglos de los siglos".

Mancha y nube

Tras la explosión, los isótopos radiactivos escaparon a la atmósfera por el sistema de ventilación y la lluvia precipitó parte de ellos sobre el suelo para formar esa mancha. Pero puede ser que otra parte de esos isótopos siga en la atmósfera. El sistema de defensa antiaérea detectó a las dos de la tarde de ayer (ocho de la mañana, hora peninsular española) una nube radiactiva situada entre los dos y los tres kilómetros de altura y que avanzaba a unos 36 kilómetros por hora hacia la ciudad de Yeniseisk, situada en la ribera del río Yeniséi.

Sin embargo, Stepán Sulakshin, gobernador de Tomsk, manifestó por teléfono a este diario que le parecía poco probable que la nube estuviera relacionada con el accidente.

La explosión se produjo a las nueve de la mañana del martes en el primer nivel de la planta radioquímica de Tomsk-7. Por debajo de él se sitúan seis plantas subterráneas donde se almacenan, una vez acondicionados, los contenedores llenos de soluciones de uranio de radiactividad media.

El origen concreto de la explosión sigue investigándose, pero una fuente del ministerio de Energía Atómica apuntó que lo más posible es que se hubiera producido un fallo en el sistema de refrigeración que lleva incorporado el contenedor para disipar el calor que genera por sí misma la solución radiactiva.

La explosión dañó seriamente el techo de la planta y provocó un incendio, que fue apagado con rapidez por miembros de los servicios de extinción de la planta y los propios trabajadores, que recibieron dosis anormales de radiación, aunque dentro de límites tolerables.

Radiaciones en obreros

El gobernador de Tomsk situó entre 10 y 100 milirems las cantidades recibidas por los que se hallaban presentes en el lugar del accidente, a excepción de urita persona que fue alcanzada por 0,6 rems. El máximo que puede recibir al año un trabajador de la industria nuclear son 5 rems; la dosis mortal se, sitúa en torno a los 400 y los 500 rems.

"No le llamaré a esto catástrofe porque yo sé que no es una catástrofe", subrayó el portavoz del ministerio de Energía Atómica en su comparecencia de ayer ante la prensa. "Es desde luego un accidente, pero un accidente no peligroso", agregó.

Los trabajadores de Tomsk-7 volvieron ayer a sus tareas en el complejo de fábricas dedicado a la producción de plutonio, según subrayaron las autoridades para demostrar lo limitado de la magnitud del accidente. Pero esa tranquilidad de la gente de Tomsk-7, acostumbrada a convivir con el material nuclear, contrastaba con un mayor nerviosismo de los habitantes de Tomsk, una ciudad habitada por gente normal. Ambas poblaciones están separadas sólo por 15 kilómetros.

La Asociación Internacional de Energía Atómica (AlEA) ofreció ayer su colaboración a las autoridades rusas para hacer frente a las consecuencias del accidente nuclear.

Estados Unidos reaccionó ayer con prudencia ante el anuncio ruso de que el accidente en Tomsk-7 no reviste consecuencias graves. El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, señaló el hecho de que las autoridades rusas notificaran rápidamente a la AlEA el accidente, informa France Press.

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