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El inspector del CSN niega que su tarea sea controlar si funciona bien el acelerador

Blanca Cia

José Tesifón Cañete, inspector del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), afirmó ayer en el juicio de Zaragoza que su trabajo, al realizar una inspección sobre la instalación del acelerador de electrones del Hospital Clínico, no consiste en controlar si el aparato funciona bien. Este inspector visitó la instalación del acelerador el 20 de diciembre de 1990, cuando sobreirradiaba a los pacientes, y en su acta certificó que todo estaba correcto. A consecuencia del fallo, 20 enfermos oncológicos han muerto.

Tesifón estuvo delante de la consola en la que una aguja indicaba la elevada dosis que recibía en ese momento uno de los enfermos. "No tengo competencias sobre la máquina. Pude visualizarla, pero no tengo competencias" afirmó.De la declaración del inspector se deduce que los controles periódicos del CSN en instalaciones radiactivas hospitalarias no pasan de ser un trámite meramente administrativo y rutinario. El propio Tesifón dijo: "Las inspecciones de control sirven, en general, para tener una idea". La idea se la forman sobre el número de licencias de operadores y supervisores, sobre las anotaciones del libro de operaciones de la máquina y sobre las dosis que recibe el personal que trabaja en la sala. Esas cuestiones fueron las revisadas por el inspector el 20 de diciembre, pero también de forma superficial.

"Me exhibieron las licencias, tres de supervisores y seis de operadores", manifestó al ser preguntado por un abogado, que insistió sobre si comprobó que todas estuvieran vigentes y que se correspondiesen con las personas que manejaban el aparato. "No. En hospitales de este tipo, con un número alto de licencias, me fío", fue la respuesta.

José Tesifón también vio el libro de operaciones -que debe reflejar las incidencias de la máquina, como averías y reparaciones, y las mediciones dosimétricas que se realizan- y estampó en él el sello del CSN. "No vi nada que me llamara la atención".

Evasivas

El testigo contestó con evasivas y con expresiones como "En realidad, no sabría qué decir" o "No es de mi competencia" cuando era preguntado sobre cómo podía explicar que para él todo estuviese bien y que para el CSN, en un informe hecho meses después, todo estuviera mal.El citado informe detallaba numerosos incumplimientos del Clínico de Zaragoza en cuanto a las licencias y las anotaciones del libro de operaciones, en el que no constaba ninguna de las averías que sufrió el aparato los días 5, 7 y 10 de diciembre de 1990, ni tampoco el detalle de las calibraciones que se hacían.

En su declaración, el inspector del Consejo de Seguridad Nuclear dejó claras otras dos cosas: que en ningún momento entró en cuestiones del correcto funcionamiento del aparato ni en la seguridad de los pacientes:

Abogado. Usted dice que cuestiones de la máquina no son de la competencia de las inspecciones del CSN, sino que afectan a la seguridad del personal sanitario.

Inspector. Sí.

A. ¿Y si la máquina echa humo?

I. (Silencio). En ese momento interrumpe la juez.

A. ¿Cuándo intervendría por cuestiones de la máquina?

I. Lo haría, por ejemplo, si la puerta de acceso estuviera abierta porque afecta a la protección del personal.

A. Oiga, ¿y al paciente quién le protege?

I. Pues, me imagino... Hay un decreto del 90.

A. Y antes del 90, ¿quién protegía al paciente?

I. Tendría que meditarlo.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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