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El Gobierno británico consigue aliviar la presión parlamentaria sobre Maastricht

Enric González

La triquiñuela legal esgrimida por el Gobierno británico para salvar Maastricht ha enfurecido_al Parlamento y ha dejado en posición poco airosa al ministro de Exteriores, Douglas Hurd. Pero se está mostrando eficaz. La oposición laborista y los conservadores euroescépticos no podían ocultar ayer su desorientación, por más que prometieran que van "a encontrar una nueva fórmula" para alcanzar sus fines respectivos: la imposición de la Carta Social y el hundimiento del tratado, respectivamente.El Partido Laborista se. mostraba ayer profundamente irritado. "¿No tiene vergüenza el primer ministro?", le espetó su líder, John Smith, a. John Major. "Nos limitamos a informar a la Cámara sobre la inutilidad de una enmienda torpe", le replicó Major.

El argumento gubernamental, sugerido por el fiscal general británico, es el siguiente: lo que debate durante estas semanas la Cámara. de los Comunes no es el tratado en sí, que no puede modificarse, sino la aplicación de los términos del tratado en la legislación británica; dado que el texto que los británicos firmaron en Maastricht no incluye la Carta Social, es ociosa toda enmienda que se refiera a ese apartado. Los laboristas y los tories rebeldes se estrujan ahora las meninges a la busca de otra manera de presionar al Gobierno.

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