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Un debate real

Gran atención ha concitado el relato de la Reina de su annus horribilis y su ruego de comprensión y compasión. Pero su discurso ( ... ) iba más allá. ( ... ) Para ser claros: la Reina estaba, en principio, declarando abierto un debate nacional sobre el estilo de Monarquía que el país quiere tener en el siglo XXI.Es una sana conclusión y una reacción sensata a la creciente crisis de respeto que ha afectado a la familia real. Es obvio que el estilo actual de Monarquía -una mezcla inestable de grandeur victoriano y de culebrón- que ha surgido ( ... ), no es sostenible. La dificultad estriba en que no hay un foro claro en el que llevar a cabo el debate. ( ... )

La Reina debería estar dispuesta a contribuir activamente en una discusión de esta naturaleza y a ayudar a definir sus parámetros. ¿Podría haber, por ejemplo, un papel en las mismas para aquellos que alberguen sentimientos republicanos? ¿Y debería la discusión tocar otros aspectos de reforma constitucional? ( ... )

Tras 40 años de nueva era isabelina, mucha gente ha empezado a ver a aquellos que están en torno al trono como irrelevantes, fuera de lugar, mezquinos y va gamente ridículos. La Reina ha dado un nuevo ímpetu al debate de estos problemas. Fijar el estilo del jefe del Estado para el siglo que viene es un asunto muy serio y lo correcto es que el debate sea abierto y serio. La Reina puede hacer mucho para garantizar que esto sea así.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
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26 de noviembre

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