Neil Young recupera la intensidad de los años setenta en su disco 'Harvest moon"
El enigmático músico canadiense muestra en las nuevas canciones su faceta más acústica
Pocos músicos como Neil Young mantienen una trayectoria tan fiel al espíritu del rock. Con más de 25 años de carrera, este canadiense de 47 años participó en el apogeo californiano de los sesenta, en los progresivos y punkis setenta, y fue uno de los pocos veteranos respetados por el pop de los ochenta. Ahora decide recuperar el espíritu de hace 20 años, cuando su disco Harvest le situó en la cima de la popularidad. Siempre hermético y enigmático, Neil Young ha decidido dar la cara por una vez para hablar de Harvest moon, su último disco, que se publica en España el próximo viernes.
El día que el padre de Neil Young, un reputado periodista deportivo canadiense, regaló un ukelele a su hijo de 13 años, no sabía qué estaba impulsando la carrera de uno de los músicos claves del rock. El ulcelele pronto se quedó pequeño y Neil Young (Toronto, 12 de noviembre de 1945) se convirtió en guitarrista para formar sus primeros grupos en la escuela y cantar en los clubes de foIk. Después de trasladar su residencia a California, formó la mítica banda Buffalo Springfield, completó el cuarteto Crosby, Stills, Nash & Young y publicó su primer disco en solitario en 1969. Una vida intensa, centrada en lo musical y alejada de la publicidad.Por eso extraña ver aparecer a Neil Young con su aspecto de siempre (camisa a cuadros por fuera del pantalón vaquero, camiseta Harley Davidson y calzado deportivo) en un hotel madrileño para hablar de su último disco, Harvest moon. "Llevo 25 años y es la primera vez que acepto hacer promoción de mi trabajo, aunque no sé si quiero tener un gran éxito", afirma el músico. "Esto no significa que mis canciones vayan a cambiar y siento que debo dar a conocer este tipo de música. Además, afortunadamente esto acaba el sábado".
Si por Neil Young fuera, seguramente acabaría ahora mismo. Hay que arrancarle palabras sobre su música, incluso cuando se le pregunta si su reciente Harvest moon recupera el ambiente de hace 20 años, cuando el elepé Harvest (1972) convirtió a Young en estrella del rock. "Efectivamente, es una continuación del espíritu de aquel trabajo", dice el músico. "Pero no es nostálgico. Es música de hoy, como la calma después de la tormenta. Mi anterior disco apareció tras la guerra del Golfo. Ahora quiero tranquilizarme un poco".
La trayectoria de Neil Young ha sido ciertamente tormentosa. Su música abarca múltiples tendencias -"Voy de un extremo a otro para no perder la energía. Necesito parar y explorar", dice- y Harvest moon recupera la faceta más acústica y tranquila del músico.
Recién llegado de actuar en el homenaje a Bob Dylan en Nueva York, Neil Young parece más cómodo cuando habla sobre otros. Así, manifiesta claramente su opinión sobre los abucheos que acogieron a Sinéad O'Connor -"No me sorprendió. La gente necesita silbar a alguien. A mí me ocurrió en 1982, cuando aparecí con sintetizadores"-, sobre la censura -"La lucha contra la censura es constante. No varía"-y sobre el homenajeado Dylan -"Su música habla por su generación. Es un poeta, como Shakespeare; una personalidad única y fascinante, porque las palabras tienen otro sentido cuando salen de sus labios"-.
También parece a gusto al hablar de cine y de sus directores favoritos -Scorsese, Godard, Fellini, Rudolph.-, y no hace ascos cuando se le recuerda su canción Cortez the killer (Cortés, el asesino) y se le pregunta sobre el V Centenario: "Colón es una broma. La gente no piensa en el descubrimiento sino en los indígenas y no hay nada que celebrar porque los mataron a todos. Durante cinco siglos ha sido un héroe; ahora se acabó".
El tiempo también se acaba. Apenas unos segundos para hablar de su fundación, que ayuda a niños con problemas de comunicación, y de su posición ante las próximas elecciones norteamericanas: "Soy canadiense", dice, antes de despedirse con una medía sonrisa.
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