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GUERRA EN LOS BALCANES

Serbia y Montenegro votan hoy para legitimar la nueva Yugoslavia

Los ciudadanos de Serbia y Montenegro elegirán hoy a los diputados del Parlamento federal de la Yugoslavia compuesta por Serbia y Montenegro. Serbia celebra, además, elecciones administrativas. Estos comicios, concebidos para legitimar la creación de la nueva Yugoslavia, serán boicoteados por los principales partidos de la oposición y las asociaciones ciudadanas. El sínodo de la Iglesia ortodoxa y la Conferencia para la Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) consideran las elecciones ilegítimas y anticonstitucionales.

Una decena de juristas serbios y montenegrinos se reunieron, en marzo pasado, para elaborar en una semana la Constitución de la nueva Yugoslavia. Los ciudadanos montenegrinos tuvieron la oportunidad de votar en un referéndum su adhesión a Serbia. Pero los ciudadanos de Serbia nunca han podido decidir si desean la independencia -como Croacia o Eslovenia- o si prefieren la supervivencia de una Yugoslavia ficticia.Las elecciones fueron convocadas inconstitucionalmente, cuando regía el Estado de guerra inminente y en ausencia de una ley electoral. La prisa de las autoridades por celebrar las elecciones redujo la campaña electoral a 10 días.

De ahí, que los principales partidos opositores en Serbia -el Partido Democrático, el Movimiento por la Renovación Serbia y otras formaciones- declararan su intención de boicotearlas. Conforme avanzaba el aislamiento internacional de Serbia, los intelectuales nacionalistas formaron el Movimiento Democrático (Depos) para exigir el boicoteo de los comicios. Tres días antes de la jornada de reflexión, la Iglesia ortodoxa emitió un memorándum en el que afirmaba: "La Iglesia serbia se distancia abiertamente de las autoridades, de las elecciones y de la Constitución, elaborada sin la aprobación popular."

Una veintena de partidos presentaron sus candidatos, pero sólo tres de cierta importancia compiten por los escaños parlamentarios: el Partido Socialista Serbio (PSS), de Slobodan Milosevic; el ultranacionalista Partido Radical Serbio, dirigido por Vojislav Seselj, y la Liga Comunista-Movimiento para Yugoslavia, partido fundado por los generales del Ejército yugoslavo, en el cual la esposa de Slobodan Milosevic, Mirjana Markovic, ejerce una gran influencia.

"Se trata de un matrimonio entre los nacionalsocialistas y los fascistas", declaró el líder opositor Vuk Draskovic, al referirse a los partidos que se presentan a las elecciones. Por ello, Draskovic pide a los ciudadanos que se abstengan de votar "como un acto patriótico". Draskovic, que ha calificado las elecciones como un "purgatorio", encabezará hoy una manifestación que recorrerá el centro de Belgrado en protesta por la guerra y los miles de muertos en Bosnia-Herzegovina.

Por la dignidad

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Al mismo tiempo, el Partido Socialista Serbio invita a la población a salir a "votar por la dignidad del pueblo serbio, al cual la comunidad internacional quiere convertir en siervos". Borisav Jovic, presidente del PSS y miembro de la presidencia yugoslava fue categórico. La comunidad internacional "amenaza sin ninguna vergüenza para asustar a la población y disuadirla de votar, apoyándose en los traidores locales".

En vísperas de las elecciones, la televisión serbia sataniza a la oposición, como lacayo de los intereses extranjeros y retransmite viejas canciones serbias que alentaban el espíritu de los guerreros que iban a la I Guerra Mundial. "Defendamos nuestra dignidad", reza la consigna del PSS, mientras que el ultranacionalista Seselj exige la continuación de la guerra para unir algunas zonas de Croacia y Bosnia-Herzegovina a la gran Serbia.

No hay clima electoral en Belgrado; más bien apatía y miedo.

Desmantelamiento de Bosnia

Alija Izetbegovic, presidente de Bosnia-Herzegovina, no ha abandonado Sarajevo ni para asistir a la conferencia sobre Bosnia-Herzegovina en Lisboa. Sigue en el poder sin tener claro si representa a los musulmanes o a todos los bosnios. Fue presidente de la dirección colegiada compuesta por musulmanes, serbios y croatas. Pero los serbios se retiraron y el croata Franjo Boras abandonó Sarajevo. Izetbegovic intentó completar la presidencia con los serbios de Bosnia, que rehusaron y exigieron su dimisión.La traumatizada población de Bosnia no sabe ni cuántos miembros del Gobierno, dirigido por el croata Jure Pelivan, siguen en Sarajevo. Así los ciudadanos, en manos de los caudillos locales, tampoco saben con precisión qué zonas están controladas por el Ejército croata, los serbios o la Defensa Territorial.

Izetbegovic, que hoy alienta el patriotismo de los bosnios, explicó, antes de las elecciones de Bosnia, que todos los ciudadanos de la república eran musulmanes, croatas y serbios, antes que bosnios.

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