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45.000 menores maltratados llamaron en Holanda al 'teléfono del niño' en 1991

Isabel Ferrer

La frase "algunos secretos tienes, que desvelarlos" parece sacada de un inocente juego infantil. Sin embargo, compone el lema de una campaña apoyada por el Gobierno holandés dedicada a animar a pequeños y adolescentes entre ocho y 15 años a que denuncien malos tratos marcando el número 06-8400. Conocida como teléfono del niño, esta iniciativa registró en 1991 45.000 llamadas, 25.000 de las cuales relataron problemas acuciantes.

En 900 de los casos los comunicantes eran objeto de violencia física (65%), sexual (35%), psíquica (24%) y abandono (5%).La mitad de los que hablaron rompía por vez primera su silencio. Un número "elevado" de los 45.000 comunicantes fue incapaz de articular palabra alguna, a pesar de que al otro lado de la línea, psicólogos y asistentes sociales guardarían silencio sobre su identidad. Para los responsables del proyecto, estos casos han resultado los más dolorosos.

En ocasiones, el primer contacto no llegó a ser verbal y el niño acertaba sólo a dar golpecitos en el auricular a modo de respuesta: dos veces para un sí y tres para el no. Cuando por fin verbalizaban su situación, mostraban sobre todo miedo a no ser queridos y temor al responsable de la violencia, el padre (60%), la madre (35%) e incluso hermanos y tíos.

En nueve de cada diez ocasiones los malos tratos ocurrían todavía cuando la víctima decidía hablar. Uno de los muchachos explicó que en su casa le pegaban habitualmente y nada de lo que él hiciera era bien visto por sus familiares. Una jovencita relató como su padre entraba en su habitación, tras enviar al resto de la familia fuera del domicilio con una excusa.

Otra adolescente de 15 años remitió numerosas misivas a un profesor explicando que la golpeaban sin cesar. Cuando éste decidió marcar el número descubrió que otros 1.200 adultos habían hecho lo mismo en busca de ayuda o información. En otras ocasiones, el médico de cabecera jugó un papel esencial a la hora de desvelar situaciones anómalas.

La campaña ha sido analizada en la Universidad Libre de Amsterdam (confesional). Según sus datos, entre septiembre y diciembre de 1991 las comunicaciones se duplicaron pasando de 440 a 900.

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