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No habrá 'cascos azules'

La población de Dubrovnik ha comenzado a dividirse entre los que han combatido y los que permanecieron en sus casas; los que contribuyeron al reconocimiento internacional de Croacia y los que se mantuvieron al margen.El ambiente de cuarentena amortigua las pasiones políticas y étnicas, ya que todos padecen de la misma desesperación. "La tragedia comenzará cuando la gente se dé cuenta de todo lo que ha perdido en los territorios inaccesibles hoy", precisa un periodista local.

Dubrovnik no fue catalogado por la ONU como zona de conflicto. Ahí no se desplegarán los cascos azules, sólo la policía de la ONU. La población espera que con la llegada de la policía el Ejército federal comience su retirada.

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Es imposible, sin embargo, encontrar una respuesta precisa a cuándo comenzará: las autoridades de Dubrovnik repiten que no entienden por qué el Ejército sigue ahí. Los militares esperan las órdenes de altos mandos.

Un teniente del Ejécito federal, instalado en Mokosica, zona residencial al lado de Dubrovnik, afirma categóricamente: "Para qué irme de aquí. Esta es mi tierra. No reconozco la independencia de Croacia". Pero,el teniente no puede entrar en Dubrovnik. Ahí está el Ejército croata.

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